"Desde Argentina me fui al norte y atravesé todo Brasil. Luego me fui en barco a Europa y atravesé toda la Unión Europea. Madrid, el País Vasco, Francia, Europa del Este… Hasta llegar a Moscú". Así relata su odisea Matyas Amaya, que ahora está en Rusia, adonde llegó de casualidad, viviendo de cerca las emociones del mundial, tras haber recorrido casi 40 países. Hace cinco años que abandonó su casa. "Al principio tenía planeado estar fuera de casa unos cuantos días", dice él.
Esos pocos días se transformaron en años y más de 80.000 kilómetros recorridos. Pero Matyas no está solo, sino junto a la misma bicicleta con la que partió de Argentina y que después de cinco años pesa más que él: 90 kilos. "Aquí llevo toda mi vida, todo lo que me ha pasado. Ella y yo somos uno. Es mi casa", dijo a la agencia de noticias rusa Sputnik.
En su pesada bicicleta, Amaya atesora como si fueran oro banderas latinoamericanas y europeas, bidones de agua, ropa de invierno y de verano, un centenar de calcos, peluches, carteles, mapas, un dron, varios discos duros "llenos de todo lo que he vivido", fotografías de sus seres queridos, productos de higiene personal, cámaras de fotos.
"Esto que tengo yo aquí es una empresa", asegura Matyas, que tiene cuenta de Instagram y una página de Facebook donde relata los pormenores de su vuelta al mundo. "Yo no tengo dinero", reconoce. "Vivo de la ayuda que me presta la gente. Si no, no podría. Hay quienes me dan dinero. Personas que me aseguran que nunca han invitado a ningún desconocido a sus casas, me dejan entrar en ellas y me ofrecen algo de comer o dejan que me duche".
Que haya llegado a Rusia justo durante la celebración del Mundial es pura coincidencia. Pudo entrar al estadio a ver el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudita porque una familia rusa le ofreció ayuda. "Me dijeron que cómo era posible que hubiese recorrido tantos kilómetros y que no tuviese derecho a entrar", dijo Matyas. Los rusos empezaron juntar dinero para Matyas y al final pudieron comprar la entrada. Ahora Matyas tiene un 'FanID' y su suguiente parada fue la ciudad imperial de San Petersburgo, donde se emocionó viendo el partido de Argentina y Nigeria.