La conectividad aérea y las buenas condiciones climáticas, que permitieron niveles de nieve superiores a los de las últimas temporadas, son las principales causas por las que, según las autoridades turísticas de Bariloche –el centro de esquí que lideró los rankings de ocupación estas vacaciones de invierno–, el que termina hoy fue “el mejor receso invernal de los últimos diez años”, según dijo ayer la ministra de Turismo de Río Negro, Arabela Carreras.
Y para el secretario de Turismo local, Gastón Burlon, las proyecciones para el mes de agosto y el verano van en sintonía: “Ya estamos recibiendo muchas consultas y estamos muy expectantes. Si bien creemos que el 95% de ocupación que tuvimos en julio bajará un poco, creemos que la temporada invernal se extenderá”. Lo mismo sostienen en otros centros de esquí de la Patagonia, según un informe que el viernes presentó la Cámara Argentina de Turismo (CAT).
Según datos del Ministerio provincial de Turismo, durante julio Bariloche recibió 124 mil visitantes, incluidos unos 10 mil turistas brasileños que, estiman, seguirán llegando y sumarán 12 mil. La estadía promedio fue de 5 días y el gasto turístico total acumulado durante el mes de julio alcanzó los 1.820 millones de pesos, calcularon los técnicos de Turismo provincial.
El cambio favorable para los vecinos y los 12 vuelos directos de Brasil que ingresaron cada fin de semana y también la mayor oferta de Aerolíneas Argentinas y otras compañías, que garantizaron servicios regulares a Bariloche desde Córdoba, Rosario, Salta, Tucumán y Buenos Aires, fueron los grandes responsables de ese lleno. En total el aeropuerto local recibió 165 vuelos semanales, lo que representa “un 30% más que el año pasado”, según señalaron desde esa localidad.
En la Ciudad. A pesar del mal clima y el frío, los paseos y espacios culturales porteños estuvieron repletos durante los quince días de vacaciones. Entre el 7 y el 27 de julio fueron casi 740 mil turistas los que llegaron (601.405 argentinos y 138.572 extranjeros), un 5% más que el año pasado, según datos del Ente de Turismo porteño. El gasto total alcanzó los $5.175 millones, de los cuales $3.234 millones fueron aportados por los extranjeros y $1941 millones por los argentinos.
Algunos paseos tradicionales, como el Planetario o el Jardín Japonés -que cierra hoy con talleres de origami y shows de artes marciales-, tuvieron largas colas para entrar. Los museos también armaron muestras especiales.