“Desgraciadamente, era muy normal esto de que cada dos por tres reventaba algo o se moría alguien”, así resumió el periodista y crítico de cine de la revista Noticias, Leonardo D´Espósito la realidad de las personas en julio de 1976, cuando los Montoneros pusieron una bomba en el comedor de la Policía Federal.
Aquel 2 de julio, Leonardo tenía ocho años y su hermana 6 años y medio, aproximadamente; ambos se encontraban en la escuela cuando su abuelo pasó cerca de las 16:30 horas a retirarlos. “Esa fue la única vez que mi abuelo nos fue a buscar al colegio, por eso también era medio extraño”, relató a PERFIL.
Al salir de la escuela, tuvieron que cruzar por un control de los militares, razón por la cual su abuelo mostró su TIN (Tarjeta de Identificación Naval), ya que “laburaba de hacer piezas para los barcos”. De esta manera, los tres pudieron llegar a la casa en Estados Unidos 1635, entre Solís y Cevallos.
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El atentado de Montoneros
El hogar de niño del crítico de cine se encontraba a tan solo seis cuadras del lugar donde los Montoneros habían hecho estallar una bomba vietnamita y 23 personas murieron en consecuencia.
Sin embargo, pese a que la escuela se encontraba en la misma zona, Leonardo no escuchó ninguna explosión que despertara alguna sospecha de que algo había pasado. Por eso, al ver a su abuelo, su hermana y él creyeron que se debía a que era el cumpleaños de su madre.
En ese momento, la mamá de ambos cumplía 31 años, pero no pudo regresar a su casa hasta las 18 horas con su familia, puesto que “había quedado atrapada en una casa de artículos de limpieza y librería que estaba a la vuelta” por el vallado que habían instalado los efectivos luego del ataque, según relató Leonardo. Esto no era la primera vez que pasaba.
“Mi vieja trabajaba en el Hospital Rawson, era instrumentadora quirúrgica y ya le había pasado”, indicó D´Espósito y agregó: “Toda esa zona donde vivíamos nosotros era una zona llena de sindicatos, pero llena”. Por esto mismo, recordó que “era una zona donde todas las noches escuchabas una bomba porque alguien ponía una bomba de estruendo en algún sindicato”.
Su padre, por otro lado, trabajaba en un bazar y pudo regresar a su casa recién cerca de las 20 horas. Al llegar, Leonardo recordó que su papá estaba mudo porque el día anterior había ido a ese comedor a entregar un pedido y un pensamiento lo invadía: “Si iba al día siguiente, reventaba yo también”, frase que lo conmocionó los días posteriores, según contó su hijo a PERFIL.
El periodista recordó cómo esa misma noche un soldado lo apuntó con un fal desde el alero de su casa porque “iban revisando a ver si encontraban algo” y le dijo: “Métase adentro”.
La realidad de julio de 1976
Leonardo explicó que, en esa época, “hasta los más chiquitos sabían que pasaba” y ejemplificó: “Teníamos una compañera, que nos enteramos que habían matado al padre”.
“Vivías en ese clima donde había muertos todos los días”, recordó D´Espósito y agregó que “estaba bastante normalizado todo”. Por esto mismo, expresó: “Desgraciadamente, era muy normal esto de que cada dos por tres reventaba algo o se moría alguien”.
Incluso, Leonardo contó que, al día siguiente del ataque, su padre fue a trabajar y él fue al colegio, la única regla que regía era: “No salgan a jugar a la vereda”, algo que duró poco tiempo.
“Tenías todo normalizado”, concluyó el periodista sobre cómo vivió los días posteriores a la explosión de la bomba de Montoneros el 02 de julio de 1976.
CP