Desde que su ex marido Claudio María Domínguez fue interpelado en la Feria del Libro para que explicara lo sucedido con ella y su temprano apoyo al Maestro Amor, PERFIL intentó comunicarse con Marisa Albornoz para retratar cómo era su vida en la comunidad del polémico líder espiritual riojano. Lejos de querer dar una entrevista, Marisa Albornoz escribió esta carta para contar su experiencia en primera persona:
Para que me conozcan, cuento que siempre me identifiqué con frases como las dichas en tele de Amado Nervo, Jesús, El Principito, “lo esencial es invisible a los ojos”; yo lo decía así: “Creo más en lo que no veo, que en todo lo que veo”; me cansaba la frivolidad y falta de autenticidad y quise quedarme a hacer esta experiencia porque sentí que era lo que siempre había soñado.
Citando a Ravi Shankar: “La profundidad de la alegría y el amor que experimentes en esta vida no está determinado por lo que poseas, sino por cómo te conoces a ti mismo y por la forma en que hayas eliminado los obstáculos que te impiden experimentar tu verdadera naturaleza”.
Lo que sentí en mi corazón fue muy fuerte y lo seguí, mi familia respetó con amor incondicional mi decisión, aun sin entenderla por no sentir lo mismo. Yo siempre había rechazado las malas palabras, aquí nos tratamos con amabilidad, tenemos conflictos o situaciones como en todos lados pero los resolvemos con diálogo sincero, con paciencia, con compasión.
No necesitamos tomar bebidas alcohólicas para divertirnos ni para distendernos, pues lo hacemos de manera natural con paseos por esta bella naturaleza, con fiestas organizadas por cualquier motivo, con actividad física como artes marciales (Tai Chi, Kung Fu, Wing Chung), aerobics, yoga, stretching, baile hindú, ritmos caribeños, o vamos al cine (copamos la sala del microcine) o al parque de diversiones, y demás.
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