Es la más relegada del sistema de subtes porteños. Con frecuencias más bajas del promedio, formaciones con más de cincuenta años de antigüedad y estaciones marcadas por el paso del tiempo, la Línea E –que une Plaza de los Virreyes con Bolívar, en la Plaza de Mayo–, es la que más quejas genera entre los 90 mil pasajeros que la utilizan a diario. Sin embargo, y más allá de esta realidad, a partir del próximo lunes recibirá 63 mil pasajeros más cuando abran sus puertas las estaciones Correo Central, Catalinas y Retiro. Es decir, las nuevas estaciones que se construyeron en los dos kilómetros que se sumarán a la traza de la línea.
Con esta extensión del subte hacia el norte, los usuarios del servicio podrán llegar desde el Bajo Flores hasta Retiro en tan solo 30 minutos, cuando en otro medio de transporte público podría demandar más de una hora de viaje cubrir este trayecto. La red de subterráneos porteños está compuesta por seis líneas y un Premetro, y es utilizada por casi 1,4 millones de usuarios por día.
PERFIL recorrió las estaciones Correo Central, instalada a la altura del CCK, y Catalinas, ubicada a la altura de Leandro N. Alem y Córdoba, y pudo conocer sus instalaciones en funcionamiento. A los amplios andenes y espacios de circulación se les sumaron ascensores, escaleras tradicionales y mecánicas que, en el caso de Correo Central, por ejemplo, conectan con Alem, cabecera de la Línea B. En el caso de Catalinas, permitirá su combinación con el Metrobus del Bajo, mientras que Retiro lo hará con la Línea C. El diseño y las características de modernidad que presentan las estaciones contrastan con las tradicionales de la línea en las que el correr de los años y la desidia dejaron sus huellas. Las boleterías se encuentran en medio de los amplios accesos, en los que también se encuentran los tótems para cargas las tarjetas SUBE. La obra fue realizada por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte a través de Sbase.
Uno de los principales problemas que presenta la línea es la frecuencia entre los trenes. Según fuentes de la estatal Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), ronda los cinco minutos. Pero el objetivo es llevarlo a los tres minutos y medio a fin de año. Para ello, se sumarán quince formaciones que antes corrían por la Línea D (Fiat) y seis trenes General Electric.
Con la inauguración de estas estaciones se cierra una etapa que llevó más de una década de idas y vueltas entre los gobiernos de Nación y Ciudad desde que fueron anunciadas las obras en 2007. En aquel momento, y cuando Cristina Fernández estaba al frente del gobierno nacional, se estimaba un plazo de ejecución de los trabajos de 36 meses. Sin embargo, solo se licitó la ingeniería civil. Nunca se encararon las obras de instalación eléctrica, colocación de las vías ni se equiparon las estaciones. Tras el traspaso del subte a la Ciudad en enero de 2012, las obras quedaron paralizadas. Recién en 2015 el Ejecutivo porteño se hizo cargo de los trabajos. En relación con los trabajos que se realizaron para que las estaciones estén operativas se destacan las obras de potencia y tracción y la instalación de los sistemas de señales y comunicaciones. También se realizó el cambio de veinte kilómetros de vías para mejorar la circulación y la seguridad.
Por otra parte, los vecinos y usuarios podrán proponer y elegir nombres de mujeres argentinas para las tres estaciones. Mediante un formulario en línea en la web de Participación Ciudadana se podrán postular los nombres que quieran.
Prevén para diciembre la licitación de los estudios técnicos de la Línea F
En materia de extensión de la red de subtes porteños, el próximo desafío que se le presenta en tal sentido a la Ciudad sería el de encarar la construcción de una nueva línea, en este caso la F. Un ramal que uniría la zona de Barracas, en el sur porteño, con Plaza Italia.
De todas maneras, el primer paso que se debe dar a la hora de pensar en una nueva línea de subtes será licitar el desarrollo de la ingeniería. Es decir, la factibilidad y viabilidad de la línea. Según fuentes de Sbase consultadas, construir una línea como la F, con 13 estaciones y 12 km de longitud, demandaría unos diez años de obras, divididos en dos etapas de cuatro y seis respectivamente.
El subte del futuro: estaciones inteligentes, app para ‘armar’ viajes y pago con tarjeta
Para su desarrollo se estimaría una inversión de 2 mil millones de dólares, por lo que uno de los retos centrales es el de buscar financiamiento. De todas maneras, se cree que antes de fin de año se lanzará la licitación para encarar este tipo de trabajos, que es el que define la viabilidad, los detalles de la traza, los materiales, y el sistema constructivo, entre otros ítems. Con esta información en mano, recién se puede realizar la licitación de la obra en sí. El proyecto de la línea F se encuentra en carpeta en Sbase desde hace varios años. “Si existe la decisión de financiar la ingeniería, entonces recién se podría llamar a licitación para este trabajo previo”, aseguraron desde las oficinas de la estatal. La futura línea correría desde Barracas bajo la avenida Montes de Oca para luego de Constitución seguir su derrotero bajo el corredor Entre Ríos-Callao para seguir por avenida Las Heras hasta llegar a Plaza Italia.