Lorena Bobbitt ya no usa más su apellido de casada, el que la hizo tristemente célebre y con el que su ex marido lucró aun convirtiéndose hasta en actor porno. Hoy se llama Gallo, nombre que usa en una fundación a la que bautizó con su nombre y que ayuda a víctimas de abuso sexual y violencia de género; y que pronuncia en inglés pero es de origen latino, como ella, que nació en Ecuador hace 50 años y a los 19 llegó a Estados Unidos detrás del ‘sueño americano’. Ese que, dice, creyó alcanzar cuando conoció a John Bobbitt, un marine con el que se casó y vivió cuatro años.
En 1993, el apellido Bobbitt invadió los titulares de los medios del mundo entero y fue sinónimo de algo que, más de un cuarto de siglo después, sigue siendo un flagelo para muchas mujeres en todo el mundo. Tras años de abusos y malos tratos, Lorena le cortó el pene a John con un cuchillo. La imputaron y la juzgaron, convirtiendo a la víctima en victimaria. Y a él, los medios y la Justicia lo trataron al revés, lo protegieron, lo justificaron.
“Estaba destruida, no vi ninguna de las ‘banderas rojas’ (de alerta) que tenía delante, ni la relación tóxica en la que estaba metida”, recuerda hoy ante un grupo de periodistas en un encuentro virtual, que la cadena Lifetime programó por el lanzamiento, el próximo miércoles 25, de la película Yo soy Lorena Bobbitt, que se estrena como parte de una campaña de prevención de la intimidación y el maltrato en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.
“Fue muy doloroso para mí llegar a volver a transitar esos lugares oscuros, pero era importante seguir contando mi historia. También, busco que genere conexión con muchas víctimas que están pasando ahora por situaciones similares y no lo saben, y aquellas sobrevivientes que a veces tienen que volver a enfrentarse con esos sitios oscuros, como yo”, agrega.
Violencia de género: cuáles son las expresiones más usadas contra las mujeres
“Estamos viviendo una epidemia social en medio de una pandemia social. Cuando rompí el silencio, necesitaba decirle a todos de las ansiedades y abusos que viví, lo catastrófico y lo traumático”. En todo el mundo, pero especialmente en Latinoamérica, dice, “muchas tenemos aún el maltrato como algo internalizado”.
Un calvario en la tapa de todos los diarios
Los detalles morbosos del suceso llenaron las páginas de diarios y revistas de entonces, que contaron también con lujo de detalles la operación a la que fue sometido Bobbitt para que le restituyan el miembro. Y luego, llegaron los juicios: ambos fueron declarados no culpables de sus respectivas acusaciones. Él no fue condenado por violación y ella fue liberada con el argumento de que tenía, en el momento del corte, un "trastorno mental transitorio", pero debió pasar 45 días internada en un centro psiquiátrico.
“Muchas mujeres aún no lo sabemos porque estamos mentalmente condicionadas por el abusador y con la pandemia, ahora, atrapadas. Pero haberme puesto ahora como narradora de mi propia historia es para cortar la cadena del abuso. Todo se muestra allí tal cual sucedió”, agrega Gallo. “Es muy importante el efecto visual para entender mejor lo que pasaba. La actriz tuvo que pasar por las mismas instancias que yo, ponerse en mi lugar. También es parte de mi misión que esa historia se conecte con las miles de víctimas y sobrevivientes que atraviesan algo similar”.
Fernández pidió terminar con la violencia de género: "Basta de violentos"
Tras años de terapia, volvió a casarse y hoy tiene una hija. “Le he hablado sobre la importancia de decir si algo que está sucediendo está mal. Muchas aún se quedan calladas porque el maltrato es un estigma”, dice. “Cómo le enseñamos a los varones a no repetir el patrón de violencia es fundamental. Tenemos la obligación de hablarlo con los hijos desde la cuna. La clave es la educación, hablar de todo”, agrega.
¿Y su victimario? “No puedo explicar por qué él eligió hacer lo que hizo (N. de R. filmó películas porno). “Los medios hicieron un festín con esa imagen y perdieron la esencia de la historia, que era de violencia y abuso y se convirtió en un circo”.
