Los conductores de automóviles que sean sorprendidos "in fraganti" cuando envíen "mensajitos" de texto (SMS) desde sus celulares podrían ser multados en la ciudad de Buenos Aires, con hasta 2.000 pesos, si prospera un proyecto en la Legislatura porteña que procura cubrir un vacío legal.
La iniciativa, que modificaría el capítulo "Tránsito" del Anexo de la renovada Ley de Faltas porteña, incluye además el agravamiento de las penas para los conductores de vehículos de pasajeros que, según la normativa actual, deben pagar la misma multa que un automovilista común.
La intención de aplicar mayores multas está en sintonía con un proyecto del Ejecutivo porteño, que este lunes anunciará su Plan Estratégico de Seguridad Vial, elaborado por el Ministerio de Gobierno en consenso con legisladores de diferentes bloques y representantes de ONG vinculadas con esta problemática.
El Ejecutivo impulsará un sistema de puntaje o "scoring" para cada conductor, según el cual cada vez que cometa una infracción se le irán descontando puntos sobre un crédito inicial de 20, y en caso de que llegue a cero, se inhabilitará la licencia.
El proyecto oficial también impulsa que se agraven las multas por otras infracciones, que podrían llegar, por ejemplo, a 4.000 pesos en caso de faltas graves como correr picadas, el doble previsto por la iniciativa que penaría a los que envíen SMS mientras manejan sus automóviles.
La preocupación por los teléfonos móviles se basa en diversos estudios que demostraron que su uso mientras se conduce aumenta hasta cuatro veces el riesgo de accidentes de tránsito, un tipo de siniestro que el último año provocó la muerte de 21 personas por día en la Argentina.
La Asociación Civil Luchemos por la Vida estableció que 2 de cada 100 personas que conducen un automóvil particular en la ciudad de Buenos Aires lo hacen con el teléfono en la mano, según una investigación de 1997, cuando la telefonía celular no tenía la penetración que hoy alcanza en la sociedad.
La cantidad de teléfonos móviles en uso en el país aumentó fuerte el año pasado: de 22 millones en 2005 trepó a 32 millones de aparatos, según difundió este mes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
En sintonía, el volumen de llamadas durante el mismo año también se incrementó, hasta alcanzar 2.221 millones de comunicaciones, lo que ilustra la expansión y generalización del uso de este tipo de servicio.
Sin embargo, las más de 2.000 millones de comunicaciones desde celulares quedan muy rezagadas ante la cantidad de mensajes de texto enviados por los usuarios argentinos, que según un estudio de 2006 de la consultora Prince & Cooke ascendió a 5.300 millones de SMS por mes.
La investigación reveló que la cifra representa 3.200 millones más que el año anterior y que en 2003 sólo 7 de cada 100 usuarios enviaba "mensajitos", mientras que en la actualidad el porcentaje alcanza a 92 por ciento de las personas con celular.
La preferencia de las personas por los SMS y su vertiginoso crecimiento se explica además porque son menos costosos que una llamada tradicional a celular y permite, por ejemplo, dar un aviso a un familiar o amigo, aunque la conducta resulta riesgosa si el usuario está conduciendo.
El anexo de la ley de Faltas porteña contempla multas de 100 a 1.000 pesos para aquellas personas que manejen automóviles y hablen por su celular al mismo tiempo, pero el proyecto de ley lo amplía y agrava hacia los que envíen SMS.
La propuesta de modificación de la ley 451 fue presentada por el legislador porteño por el ARI Alejandro Rabinovich en abril último y está desde entonces en la Comisión de Justicia del Legislativo.
"Cuando el conductor se encuentre redactando o enviando mensajes de texto la multa es de 200 a 2.000" pesos, indica el texto del proyecto, que duplica los montos.
Y agrega que cuando la falta de hablar o enviar un SMS sea cometida por el conductor de "un vehículo de pasajeros, escolares, camiones, remises, taxímetros la multa es de 300 a 3.000" pesos.