Multitudinario regreso

A las 17:00 en punto Callejeros subió al escenario. El show decena de veces postergado fue aplaudido por miles de jóvenes que ovacionaron a Patricio “Pato” Fontanet y el resto de la banda en un reencuentro que mantuvo flotando el recuerdo de las 194 víctimas de la tragedia de República de Cromañón, ocurrida el 30 de diciembre de 2004.

"Olé, olé, olá, cada día te quiero más. Oooh, Callejeros, es un sentimiento no puedo parar”, fue el grito generalizado y ensordecedor que se escuchó apenas el líder de la banda pisó el escenario y se paró frente al público.

Minutos después, Fontanet –enfundado en una remera negra con el logo de su último disco- comenzó el recital con la canción "Señales", tema que fue el corte de difusión de la producción discográfica y que le da nombre al disco.

Además del líder, la banda la integran Christián "Dios" Torrejón en el bajo, Eduardo "Edu" Vazquez, en batería, Elio Delgado, en guitarra, Juan "Juancho" Carbone, en saxo, Maximiliano "Maxi" Djerfy, en guitarra y coros

Durante las dos horas que duró el show, Callejeros tocó veinticuatro temas recorriendo los cuatro discos de la banda “Sed”, “Presión” “Rocanroles sin destino” y “Señales. Entre otros temas, la banda de Villa Celina entonó “Amar de nuevo”, “Una nueva noche fría”, “Sed de rock and roll”, “Nueve de Julio”, “Daño”, “Día a Día”, “Sed” ,  “Desencuentro”, "Distinto", "Algo peor, algo mejor", "Prohibido", "Fantasía y realidad", "Imposible, "Los invisibles", "Milonga del rocanroll", "Creo"y "Hoy".

Recién al iniciar el tercer tema, el cantante de Callejeros se dirigió al público y, por fin, habló: "La noche del 30 de diciembre perdimos todos. A Callejeros la tragedia lo atravesó, lo pasó por encima".

El líder de la banda manifestó luego que "cada vez que toque" el grupo los jóvenes que fallecieron en la tragedia de Cromañón "van a estar más vivos que nunca".

"Muerto es aquel al que nadie recuerda, pero cada vez que toque Callejeros los chicos van a estar más vivos que nunca", aseveró.

El tema siguiente fue dedicado a Gastón Amaya, una de las víctimas, en tanto en el tablero electrónico del estadio se encendió un cartel que rezaba: "A los invisibles, por siempre", en honor a los muertos en el boliche de Once.

Momentos más tarde Fontanet dijo que “la semana pasada nos estábamos peleando con todo el mundo para poder tocar. Es muy loco lo hipócrita que puede ser todo, menos todos ustedes”.

Ya sobre el final del concierto, el líder de la banda le agradeció a los fanáticos “por los huevos que le pusieron al hacer la cola a las cinco de la mañana” y remarcó que esa actitud para ellos “es una emoción terrible”.

“Este show es para los chicos que estuvieron esa noche en Cromañón porque tanto ellos como nosotros necesitábamos esto, hacer un recital y que se pueda terminar”, aseveró.

Antes de entonar los últimos temas, Fontanet manifestó que "la cuestión era volver sin rencores y sin resentimientos porque cuando nosotros cantamos somos los tipos más libres del mundo" y le agradeció a "la gente del Chateau que puso todos los huevos" para que ellos vuelvan a tocar.

"A los demás, chúpenla", y realizó un gesto para todos los que les impidieron volver a tocar.

Luego de cantar el último tema "Imposible", Fontanet dijo: "Sí tenemos huevos para volver a subirnos a un escenario. Chau locos, muchas gracias a todos, chau locos", concluyó , tras lo cual la banda saludó al público y se retiró.

El estadio Olímpico estuvo colmado por 21 mil personas, entre las cuales había sobrevivientes de la tragedia de Cromañón, además del intendente de Córdoba, Luis Juez, quien envió un mensaje a los padres de los jóvenes que estaban en el lugar.

"Acá respetamos el dolor, pero también respetamos al ley y las normas. Esto es para que estos pibes se diviertan y los padres sepan que van volver como corresponde y no en una bolsa de plástico como después de Cromañón", aclaró.

El espectáculo se desarrolló con tranquilidad debido a que la organización del mismo incluyó un riguroso operativo de seguridad del que participan unos 1600 policías –el doble de los que controlan el clásico cordobés Talleres-Belgrano.

Las puertas del estadio fueron abiertas al mediodía y desde entonces la gente ingresó en gran número. Para entrar el público debía atravesar cinco controles policiales y varios cacheos muy rigurosos, que los obligaban a dejar todo tipo de bebidas en el vallado.

Además no se permitía el ingreso con banderas grandes o que lleven varillas, pero sí aquellos "trapos" pequeños, en su mayoría con leyendas a favor de la banda liderada por Fontanet, además de aquellas que identifican barrios, ciudad o localidades, toda una tradición del rock.

En el marco de los procedimientos, la policía detuvo a un joven que llevaba tres bengalas y no quiso entregarlas hasta que se las secuestraron.

El público fue heterogéneo y, si bien en un 70 por ciento estuvo compuesto por jóvenes, pudieron apreciarse a padres con hijos adolescentes y otros más jóvenes con hijos pequeños.

Al mediodía, arribaron cinco micros desde Capital Federal y el conourbano bonaerense que estacionaron en las puertas del estadio y descendieron fanáticos del grupo, algunos de los cuales portaban remeras amarillas con la leyenda "Basta de expulsar a Callejeros" en el pecho, y en la espalda la identificación de Sobrevivientes, amigos y familiares de las víctimas de Cromañón.

La presentación de Callejeros fue precedida por varios artistas locales como Coca Fernández que logró levantar la temperatura y atrajo a la gente hacia el escenario. El líder de este grupo paró el show en la mitad para elogiar a Callejeros y para agradecer "los huevos que puso el gobierno de Córdoba para hacer el show. Aguante Callejeros".

Esa frase generó el aplauso de la gente y los gritos en favor de la banda de Villa Celina que volvió a realizar un concierto tras casi dos años de sucedida la tragedia