A solo 100 metros del principal emblema de la Ciudad de Buenos Aires, el Obelisco, aparece una casita con techo a dos aguas, que rompe con la hegemonía urbana de los edificios de la zona y se erige entre los carteles de publicidad en altura.
Se trata del chalet que construyó el inmigrante español Rafael Díaz en 1927 y que en la actualidad sus familiares pretenden que se convierta en un polo cultural abierto al público en pleno microcentro porteño.
El chalet, de estilo normando, fue construido sobre el edificio de Sarmiento al 1100, a metros de la 9 de Julio, en la terraza del inmueble en el que se encontraba la antigua Mueblería Díaz.
Al menos así lo explicó Diego Sethson, bisnieto de Díaz, en declaraciones a la prensa. “La familia desea conservar el chalet, y todo el edificio, reconvirtiéndolo en un espacio cultural y de preservación del patrimonio”, relató Sethson.
En este sentido, la iniciativa familiar toma impulso a partir de que en 2014, el inmueble fue declarado patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires, por lo que no puede ser modificado sin previa intervención de la Secretaría de Cultura. En el lugar también funcionó la radio LOK Radio Mueblería Díaz, que luego se convertiría años después en Radio Rivadavia.
Una "casita" con historia
Desde que cerró la mueblería, el edificio albergó oficinas que, pandemia mediante, quedaron vacías en un 60%. Con el correr de los años, y luego de la muerte de Díaz en 1968, el chalet funcionó como un estudio fotográfico y hasta como comedor de las oficinas en los años ‘80.
Respecto a la estructura del chalet, tiene dos pisos y un altillo. Su diseño es de estilo normando, típico de las construcciones de Mar del Plata, ciudad a la que concurría asiduamente Díaz para pasar sus vacaciones y descansar. El techo de la casita fue realizado a dos aguas y con una marcada inclinación.
En el lugar aún se conserva parte del mobiliario de Díaz personales y algunos muebles de época. En el techo, por ejemplo, quedan algunas arañas de principios de siglo y todos los pisos originales de cerámica en el primer piso y en el altillo.
“Mi bisabuelo era un amante de Mar del Plata y se inspiró en los chalets de esa ciudad para realizar su casita en el cielo de Buenos Aires con el mismo estilo”, contó el bisnieto. "Esta casa esconde la historia de superación de un hombre que llegó a la Argentina, con una mano atrás y otra adelante, a comienzos del siglo XX".
Sethson explicó que su bisabuelo cuando llegó al país trabajó en el mundo de las telas hasta que pasó trabajar en mueblerías, hasta que decidió abrir su propio negocio. “La mueblería llegó a convertirse en una de las más importantes y exclusivas de la Ciudad", aseguró el familiar del inmigrante español.
La idea de construir el chalet nació a partir de la necesidad de Díaz de almorzar y dormir una siesta durante su jornada laboral, sobre todo teniendo en cuenta que el dueño de la mueblería vivía en la zona de Banfield y por aquellos años viajar hacia el Gran Buenos Aires llevaba demasiado tiempo.
CC/FF