El mar es una inmensidad y las búsquedas para cualquier tipo de nave –barcos, aviones o helicópteros–, se dificultan porque es como encontrar una aguja en un pajar. En el agua, todo se mueve muy rápido por eso los operativos tienen que ser rápidos y las primera 24 horas son claves para poder encontrarlos.
Es difícil entender esto estando en tierra firme, pero cuando hay que hacer una búsqueda nunca se sabe el lugar exacto en el que se encuentra el objeto. Los equipos de rescate reciben un punto y trazan círculos que delimitan la zona para rastrillar, que a medida que pasa el tiempo se agrandan cada vez más.
Si bien cada país tiene su propio protocolo, nunca se puede interrumpir un rastreo si hay indicios y evidencias pero cuando ya no aparecen más señales hay que suspender los operativos. Por eso, es importante que tanto los barcos como los aviones tengan instalados sus sistemas de geolocalización, radares secundarios y boyas de emergencia con conexión satelital.
*Director del Centro de Investigación Marítimo y Fluvial.