Una de las obras que ostenta el cartel de No Hay Más Localidades en la cartelera porteña es Quién es quién, y reúne por primera vez en un escenario a Soledad Silveyra y Luis Brandoni. Sin dudas son dos personas que el público adora, y así se lo demuestra a lo largo de cada función de la obra que se ofrece en el Teatro Liceo (Av. Rivadavia 1499, CABA): tanto con sus risas como con una ovación de pie al finalizar la función. Sin dudas, con esta obra se vuelven a ganar el corazón de los que los van a ver con sus mohínes y cambios en el tono de voz, puestos a disposición de dos personajes que atrapan.
Conforman un matrimonio de años que está esperando la llegada de otra pareja para cenar en una noche con cortes de calle por manifestaciones. Pasa el tiempo y no llegan, hasta que el hombre de la dupla que debía llegar les avisa que les robaron y pregunta si su esposa está con ellos. Esto desencadena en los dueños de casa una serie de disquisiciones que de risueñas pasan a reveladoras, siempre en la intimidad de dos que se conocen muy bien y desde hace años.
Así el espectador será testigo de mentiras convertidas en verdad, y verdades veladas por comodidad o costumbre. Pero nunca es tarde para reconocerse y liberarse. Y eso es lo que le pasa a esta abogada devenida en ama de casa, que encuentra en la situación una oportunidad para rebelarse. Es el mayor logro del texto de Audrey Schebat: demostrar que nunca es tarde. Pero lo hace desde el humor y corporizado en la simpatía de una actriz adorable.
Por el lado del esposo, donde la cara de poker se impone en los momentos de las revelaciones, también aparece la vulnerabilidad ante la alternativa de quedarse solo. Gestos, tonos y poses que Brandoni sabe sacarles provecho como un encantador de serpientes.
El resultado, ante una platea de gente grande en su mayoría, pero donde también se ven jóvenes que aprovechan una noche de verano para ver a sus ídolos, reírse a carcajadas de manera constante y ser cómplices de esos dos que, dirigidos por Héctor Díaz, se roban todos los corazones en un teatro colmado, y reciben una ovación de pie como dijimos al principio. Sin dudas el boca en boca también contribuye a que haya funciones colmadas de este éxito del verano porteño que no está precisamente en la célebre y concurrida calle Corrientes.
Sin dudas el equipo de esta producción hizo también su aporte positivo, desde la traducción de Pablo Rey, al diseño de escenografía (hermosísima) de Lula Rojo, de vestuario de Romina Giangreco, de iluminación de Stefany Briones Leyton, pasando por la producción ejecutiva de Florencia Spinelli, la coordinación de producción de Rocío Gómez Cantero, y la producción general de Tomás Rottemberg y Juan Manuel Caballé. Encontrá acá más info sobre las entradas.