CIENCIA
daniel filmus, probable futuro ministro del fpv

“El macrismo no tiene una concepción de ciencia vinculada con el desarrollo del país”

El actual secretario de Asuntos Relativos a Malvinas podría reemplazar a Lino Barañao si Daniel Scioli gana el ballottage. Propone aumentar la inversión en el sector y jerarquizar el sueldo de los científicos.

Daniel Fimus. Sociólogo (UBA). Es secretario de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Fue senador (FpV) en el período 2007-2013 y ocupó el cargo de mi
| Nestor Grassi
A pesar de que Lino Barañao había manifestado su interés en quedarse al frente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el elegido por el candidato presidencial Daniel Scioli para ocupar el cargo si el Frente para la Victoria gana el ballottage el próximo domingo fue Daniel Filmus. El actual secretario de Asuntos Relativos a Malvinas y ex ministro de Educación, Ciencia y Tecnología durante la presidencia de Néstor Kirchner habló con PERFIL sobre sus propuestas: aumentar la inversión en ciencia y tecnología al 1% del Producto Bruto Interno (PBI), actualizar los sueldos de los investigadores y federalizar la política científica.
Pero también criticó a Mauricio Macri (Cambiemos): “En 2008 vetó la ley para la creación del Laboratorio Estatal de Producción de Medicamentos en la Ciudad de Buenos Aires, que hubiera dado trabajo a un montón de científicos. Eso es un buen ejemplo de lo que es Macri”. De lleno en la campaña, apuntó: “Lo que estamos discutiendo cuando hablamos de ciencia y tecnología no es sólo de política científica y tecnológica, es de un modelo de país. Cuando se tiene, como fue en los  90 y en la dictadura, un modelo en el que da lo mismo comprar las cosas hechas que fabricarlas acá, la ciencia y la tecnología no tienen ningún lugar”.
—Barañao dijo que el Ministerio es un tren con muchos vagones y quien se suma tiene la responsabilidad de mantenerlo en este ritmo. ¿Qué opina?
  —Estoy de acuerdo, no sólo con mantenerlo en el ritmo, sino en seguir construyendo. Me tocó asumir en 2003 el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, que era un tranvía, no un tren, que estaba totalmente deteriorado y anquilosado. Así que la tarea más difícil quizá fue en aquel momento ponerlo en movimiento: no había  ingreso a la carrera del Conicet, no había posibilidad de que haya becarios y los investigadores teníamos un salario que no existía.
—¿Cómo evalúa la gestión de Barañao?
 —Siguiendo la metáfora de los trenes, la creación del Ministerio fue el producto de la velocidad que había adquirido ese tren en los años anteriores y la centralidad que tuvo. Muchos de los temas como los radares, Arsat, se originaron con las políticas muy activas que tuvo Néstor Kirchner en esa dirección. Lo fundamental es no sólo la velocidad, sino la dirección, y lo que hay que hacer es mantener la dirección, que de 2007 en adelante llevó muy bien Lino Barañao.
—¿Qué políticas cree que hay que mantener?
—Estamos en momentos distintos a los de 2003 y 2007; hoy hay que mantener e incrementar las líneas en investigación básica y seguir desarrollando la posibilidad de federalizar aún más la ciencia, profundizar el Programa Raíces, que es una ley que yo envié al Congreso, y el trabajo en red con los científicos argentinos que están afuera. Avanzar en el trabajo de transferencia de tecnología y desarrollar mucho más la innovación, fundamentalmente en las pymes de base tecnológica que crean trabajo. El Ministerio creó una red con 4.500 empresas que financió; nuestra idea es que al menos 10 mil empresas formen parte de esta red de innovación en los próximos cuatro años.
—¿Qué falta implementar?
—Lo que todavía tenemos como asignatura pendiente es terminar de cambiar el modelo argentino, que históricamente fue un modelo de commodities y de productos primarios como base de la exportación. Hemos aumentado más las exportaciones industriales y con base tecnológica que las primarias, pero todavía no tenemos cadenas de valor en condiciones de desarrollarlas totalmente en nuestro país. También hay que enfocar el tema del desarrollo científico tecnológico desde una perspectiva regional. No tenemos que competir con el país hermano, lo mejor es que sumemos nuestro esfuerzo frente a los países centrales. Otro tema importante es el de despertar vocaciones tempranas en la ciencia y tener un trabajo mucho más fuerte con el Ministerio de Educación y la formación docente en esa dirección. Si nuestros profesores no tienen pasión por la ciencia es muy difícil que se formen científicos.
—En caso de ganar , ¿cómo fomentarán la inversión privada?
 —Pasar del 0,6% al 1% del PBI  no va a ser  posible sólo con aporte estatal, y hoy tenemos nada más que el 25% privado. La expectativa es llegar al 1% con el 60% público y el 40% privado. ¿Cómo se fomenta la inversión? De la misma manera que en 2003, cuando se votaron las leyes de biotecnología y la de software, con una ley que desgrave impositivamente las inversiones en proyectos de empresas.
—¿Cómo se debería evaluar a los científicos?
  —La evaluación de los científicos es de pares, en cuanto a la excelencia del trabajo visto de una forma integral. Por supuesto que con las publicaciones, pero también con la capacidad de  transferencia y las patentes. Leí que quien está en la Dirección de Ciencia y Tecnología de la Ciudad de Buenos Aires (Carlos Melo, de Cambiemos) quiere premiar con mayor salario por las publicaciones. Me parece ridículo, fracasó en todos lados. Si el motivo para aumentar es la publicación, todos vamos a trabajar para la revista y algunos pocos van a poder.  Me parece que es una cuestión de la concepción de ciencia, que es lo que no tiene el macrismo. El macrismo no tiene una concepción de ciencia vinculada con el desarrollo del país porque la mirada es la de los noventa, cuando se mandó a los científicos a lavar los platos. La Dirección de Ciencia y Tecnología de la Ciudad de Buenos Aires tiene 4 millones y medio de pesos cuando el presupuesto de la Ciudad es de 90 mil millones.
—Hay quejas de investigadores por la falta de insumos y equipamiento debido a las restricciones a las importaciones. ¿Cómo se resuelve esta situación?
—La burocracia es un tema de  pulseada entre el poder político y la lógica de quienes administran; la solución es poner a los usuarios en el centro. Después tal vez hasta se trata de relaciones personales; en muchos de los temas hay que levantar el teléfono y explicar en profundidad. El Ministerio tiene que tener poder político, si no es la Cenicienta de un conjunto de áreas que toman decisiones sin consultar.
—Otro malestar de los científicos tiene que ver con sus sueldos. ¿Se van a mejorar sus ingresos?
  —Sí y jerarquizarlos; no sólo el aumento ordinario que tienen todos los trabajadores públicos, ya que son áreas muy específicas. Por eso se decidió que tanto educación como ciencia deben tener parámetros propios de jerarquización. Eso que fue importantísimo en su momento y fue un salto enorme en los salarios, hay que reactualizarlo. Tiene que ser uno de los temas centrales y Scioli lo tiene muy claro.