ECONOMIA
pocos sectores con repuntes reales

Aunque optimistas, los empresarios creen que el rebote no llegará al 2018

Aunque en el Coloquio de IDEA un manto de euforia cubrió los debates, los números reales distan de mostrar recuperación definitiva. Y crecen dudas sobre el más allá de las elecciones.

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Aunque en el Coloquio de IDEA un manto de euforia cubrió los debates, los números reales distan de mostrar recuperación definitiva. Y crecen dudas sobre el más allá de las elecciones. | infografía G.P.
Desde Mar del Plata

Los dueños y gerentes de empresas miran el escenario como un tríptico: empiezan a registrar signos de repunte de la actividad luego de un año de ajuste; descuentan un rebote mayor o menor según el sector el año que viene; y ahora sumaron una nueva inquietud: ¿cuán sostenible será el crecimiento después de las elecciones de 2017?

Hay consenso en que hablar hoy de 2018 puede sonar a ciencia ficción. Pero los que tienen que definir inversiones y planes de negocios lo ven como el mayor interrogante en el gobierno de Mauricio Macri (ver aparte). “Vamos dejando atrás la recesión”, disparó el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay el martes. Algunos sectores le dan la razón, otros todavía no. El economista Juan José Llach –padre de Lucas, el director del Banco Central– tuiteó ayer que en agosto de este año había 14 indicadores con variaciones positivas y ocho con caídas, mientras en agosto de 2015 había nueve con crecimiento y 13 en retracción. Esos datos se refrendaron en los pasillos del Sheraton de Mar del Plata que congregó 900 empresarios en el encuentro llamado Coloquio de IDEA que concluyó ayer.

“En la construcción, más allá de la caída de despachos de cemento de septiembre, en octubre ya volvieron a crecer y se está recuperando el empleo”, apuntó Adrián Kaufmann Brea, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), que señala que hubo 5 mil nuevos empleos en septiembre, atado a la reactivación de la obra pública. “El mercado se mueve por las expectativas, y hace un mes y medio mejoró”, apunta desde el negocio de real estate Gonzalo Monarca, del grupo homónimo que le pone todas las fichas al blanqueo y armó un fondo de inversión cerrado por US$ 200 millones para poner en marcha en el primer trimestre.

En las fábricas. “Ya tenemos más pedidos para los próximos meses”, apunta David Uriburu, delegado de Paolo Rocca, sobre el trabajo de Siderar, que provee chapa para construcción, autos y electrodomésticos, por lo que se considera un rubro que sintetiza el PBI. En los autos hay una fiesta en el rubro pick-ups, atados a la expansión del campo, pero en plantas como FIAT en Córdoba, hiperdependientes de la demanda de Brasil, todo sigue  siendo un velorio. “Como estoy, con la planta semiparada, no podríamos dar nada en fin de año”, sintetizó su titular Cristiano Rattazzi.
Todavía, mientras tanto, la calle tiene menos camiones. La mayor compañía de seguridad de mercadería en tránsito registró una caída del 20% de horas-custodia en julio, hilvanó caídas del 10 a 12% entre agosto y este mes, y prevé ya más contrataciones para el bimestre de fin de año, por un motivo: el movimiento de la cosecha y los agroquímicos. A propósito, en el rubro de fertilizantes registran crecimientos del 45% en las ventas, con una luz roja: cayeron los precios 20% por la importación de genéricos chinos.

En el campo. Agro y minería fueron los dos sectores a los que el presidente Mauricio Macri les puso más énfasis en su discurso de apertura el miércoles. Y serían los que, a raíz de los beneficios fiscales y cambiarios de comienzo de su mandato, le están respondiendo. “El campo ya arrancó, hay inversión en maquinaria, el derrame es inminente”, aventuró Gabriel Martino, CEO del HSBC, que sigue ultraoptimista con el resultado del blanqueo, que mantiene en US$ 60 mil millones “como mínimo”. “Y tenemos en estudio al menos tres grandes proyectos de minería de gran escala, pero que llevan tiempo”, añadió. No es el único banquero con buena expectativa. En Santander aseguran que no hay mayor certificado de optimismo que haberse comprado la banca minorista del Citibank. Prevén un crecimiento del 4% para el año que viene e inflación del 22 a 25%.

En el bolsillo. Quien lea estas líneas y dependa de un salario puede no haber visto aún ningún brote de nada. Tienen razón. En los supermercados que nuclea la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), reconocen que recién podría estar frenándose una caída muy fuerte del consumo en un año en el que hasta se vendieron menos fideos secos y leche fluida, la variedad más barata del mercado. En electrónicos, como mínimo bajaron las ventas 25%.

El CEO de NewSan, Luis Galli, habla de un primer semestre “horrible”, que recién a fines de agosto pareció revertirse. “Igual será clave este fin de semana el Día de la Madre”, dice. En Tierra del Fuego, donde tienen las plantas, además de analizar posibles cambios productivos, hay menos turnos que hace un año. Y recién este mes se acaban las suspensiones de personal en plantas de línea blanca en la provincia de Buenos Aires.
El combo de inflación acumulada de más del 40% y caída del salario real se combinó este año con una perspectiva laboral endeble, que aunque se halla frenada puede estar influyendo en las decisiones de compra. Según Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical (prepaga y ART), hasta julio había 120 mil empleados menos en el sistema de ART (ver aparte), de los que en agosto se recuperaron 21.800. “Pero en octubre de este año tenemos 97 mil trabajadores menos en el sistema respecto de un año atrás”, detalla.

La demanda de altos cargos, en tanto, estaría mostrando un flujo de inversiones y nuevos negocios para 2017. “Desde julio se nos triplicaron los pedidos de personal para desembarcos de nuevas empresas en el país”, dice Juan Pablo Simón Padrós, de la firma Spencer Stuart y titular de la Asociación Cristiana  de Dirigentes de Empresa.


“Esta euforia ya la viví en los 90”

El contador Alberto Schuster lideró KPMG, fue presidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas y ahora lidera los equipos de productividad en la consultora Abeceb.
Desde allí, asegura que la Argentina debe aprovechar esta etapa para mejorar la competitividad de diversos sectores. “Esta euforia por la vuelta al mundo yo ya la viví acá mismo en los años ’90, pero si no la aprovechamos y cuidamos los cambios, explota”, sintetizó.