—¿Cuánto ganabas en Nacional?
—En bruto eran 52 mil pesos, y de bolsillo llegaba a unos 28 mil pesos por tres horas en la segunda mañana estando tercero o cuarto en la audiencia. Enero no me pagaban, se pagaba IVA, Ganancias, el contador, no nos daban obra social... Lo que están haciendo ahora ,son los mismos sueldos que teníamos nosotros.
—¿Hablaste con Lombardi, Sigal o Gerschenson?
—No, nunca me llamaron. Hubiera tenido la charla. Tenía un programa en CN23 al que venían Lombardi y Avelluto. No tuvieron la delicadeza de llamar. Acá hay una persecución ideológica.
—Algunos se quedaron: Dorio, Wainfeld; ¿que opinión te merece?
—Con el trabajo de la gente no me meto.
—¿Hubieras continuado si te lo ofrecían?
—No sé. Toda la programación de Nacional responde a objetivos y propósitos que estaban fijados en la Ley de Medios. Y ahora que veo que hay un gobierno que no respeta la ley sería imposible que estuviera en la programación porque yo la hubiera defendido.
—¿Te hubieras ido?
—Sí, porque seguramente no me hubieran dejado estar. Hay mucho miedo a que cierren medios, miedos por la pauta, miedos de que Macri eche a periodistas, me recuerda a escenas de la década del 90. Hay intolerancia y persecución.
—Viendo los nombres, ¿es una radio plural?
—Creo que no. Tiene un concepto de pluralismo como el de Intratables: ocho piensan de una manera y uno opina lo contrario y es el loquito. Hay muchas más voces oficialistas macristas que las de Wainfeld o Dorio.
