Junto con Israel, los Estados Unidos decidieron abstenerse en la votación que aprobó la resolución que condena el embargo impuesto a la isla caribeña desde 1962.
Se trató de la vigésima quinta vez en que la Asamblea General aprueba la resolución presentada por Cuba, en esta ocasión con el voto a favor de 191 de los 193 países que la integran. "Estados Unidos siempre ha votado contra esta resolución. Hoy Estados Unidos se abstendrá", había anunciado poco antes la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Powers, haciendo estallar al recinto en un largo aplauso.
Esta abstención estadounidense "no quiere decir que Estados Unidos esté de acuerdo con todas las políticas y todas las prácticas del gobierno cubano", señaló Power. Y agregó: "Estamos muy preocupados por las graves violaciones de los derechos humanos que sigue cometiendo el gobierno cubano impunemente contra su propio pueblo".
Esta decisión se alinea con la postura de Barack Obama quien solicitó al Congreso, de mayoría republicana, levantar el embargo en el marco de la normalización de las relaciones bilaterales. Esta normalización se plasmó en julio del año pasado, cuando Estados Unidos restableció las relaciones diplomáticas con el país comunista. En marzo y en la visita previa a su paso por Argentina, Obama estuvo en Cuba representando un viaje histórico, ya que significó el primero de un mandatario en funciones desde 1959.
