INTERNACIONAL
espaa

Un aborto secreto, una "mancha "más en el expediente de la princesa Letizia

El libro "Adiós, Princesa", escrito por su propio primo, llegó para agregar más leña al fuego.

En medio de los tiempos más tormentosos vividos por la Familia Real de España desde la restauración de la monarquía, el libro "Adiós, Princesa", sobre la princesa Letizia, llegó para agregar más leña
| AFP

En medio de los tiempos más tormentosos vividos por la Familia Real de España desde la restauración de la monarquía, el libro "Adiós, Princesa", sobre la princesa Letizia, llegó para agregar más leña al fuego. La publicación, firmada por David Rocasolano, primo de la princesa, afirma que un año antes de que ella conociera al príncipe Felipe, quedó embarazada (de su novio periodista David Tejera) y abortó. Entre otras cosas...

El abogado David Rocasolano se encargó de recuperar los expedientes de esa intevención, por pedido de Felipe y Letizia, y de quemarlo, con la intención de que ni la opinión pública -muy adversa a Letizia Ortiz- ni sus suegros, conocieran uno de los capítulos más comprometedores de la vida de la próxima Reina de España.

Pero después de una década de silencio, decidió publicar detalles de los años menos conocidos de la ahora Princesa de Asturias en un libro que, en sus palabras, es un relato sobre “el choque de un gran tren expreso, los Borbones, contra una modesta caravana de gitanos, los Ortiz-Rocasolano”.

En sus páginas, afirma que la entonces periodista pagó la suma de 240 euros (incluye copia de la factura) para interrumpir su embarazo en la Clínica Dator, el 27 de octubre de 2002. El documento llegó a manos de Ramón Akal, dueño de la Editorial Foca, quien se encargó de convencer a David Rocasolano para que escribiera la historia oculta de su prima.

Rocasolano (quien durante años mantuvo una relación muy cercana con Letizia y hasta se encargó de llevar a cabo los procedimientos del divorcio de Letizia con su primer marido, Alonso Guerrero) narra que ella, en presencia del príncipe Felipe, le pidió que hiciera desaparecer toda la documentación relativa al aborto.

"La voz de Felipe elevó mis niveles de atención", asegura en el libro. "Aún no andaba yo muy habituado a que un príncipe se dirigiera a mí. Ni en esos términos ni en ninguno". "Lo que quiero es que desaparezcan todos los papeles. Todos", le dijo Letizia. Cumpliendo los deseos de la futura Princesa de Asturias, Rocasolano buscó los expedientes y los quemó. Sin embargo, alguien en la clínica guardó la mencionada copia de la factura.

"Si me habían elegido a mí para limpiar el rastro era porque no tenían a nadie más", confiesa Rocasolano. "Es decir, que Felipe no se había atrevido a encargárselo a alguien de su entorno porque temía que se le filtrara la información al rey. De todos es sabido que Juan Carlos y Sofía se opusieron frontalmente, desde el principio, a que Felipe se casara con una divorciada".

"Letizia no es tonta y sabía, como yo, que el problema más grave era la Iglesia", dice Rocasolano en el libro. "Según el Derecho canónico, mi prima estaba excomulgada. El canon de 1938 referido a los casos de excomunión es explícito: «Quien procura el aborto, si este se produce, incurre en excomunión latae sententiae» (...) Es decir, el cardenal casó a una joven excomulgada".

"Publicar este libro y esta noticia no es inmiscuirse en la vida privada de nadie. Es denunciar la hipocresía de quienes niegan el derecho de la mujer a decidir. Es romper el vínculo entre la Iglesia católica y la monarquía. Tengo el deber de publicar esto", aseguró Ramón Akal, de la editorial que publicó el libro, en una entrevista.

"El derecho a abortar es un derecho de la mujer reconocido en la legislación española que es cuestionado por la Iglesia católica, que llegó a decir que era comparable al genocidio nazi en palabras del cardenal arzobispo de Madrid... el mismo que celebró el matrimonio de los príncipes", agregó.

"La monarquía apoya todas las tesis de dicha iglesia y mi obligación como editor según la Constitución española es dar información veraz.", se defiende Akal. "La información que damos en el libro es cierta y tiene el fin último de que la gente de este país tenga un conocimiento de lo que piensan y ejercitan sus dirigentes; y en algunos casos no se ajustan los unos a los otros".

Desde su óptica, la inclusión del documento no vulnera la Ley de Protección de Datos: “No desvelamos un historial médico; publicamos una información que confirma un hecho de hondo calado político en un país donde se está hablando de una reforma del aborto”.

Otro de los platos fuertes del libro es el gran cambio de la familia de Letizia tras el sorprendente anuncio de su compromiso con el príncipe Felipe, en noviembre de 2003. En opinión de Rocasolano, el evento arrasó a su familia “como un tsunami”. “Nos hemos convertido en marionetas que alternan su existencia entre el papel cuché, las páginas de sucesos y los titulares de corrupción política”.

David Rocasolano cuenta que la princesa lo llamaba frecuentemente "para prevenir cualquier desmadre del clan", y agrega, por contraparte, que "el clan" se dirigía a él para saber "lo que pensaría la iracunda Letizia de cualquier cosa que fuéramos a hacer. Nos instalamos en la cultura del miedo". "El virus del secretismo y la hipocresía se había ido extendiendo por toda la familia ya incluso antes de la boda. Y yo me convertí en el agente doble por el que pasaba toda la información", se lamenta Rocasolano.

 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

OTRAS REVELACIONES DEL LIBRO

"Adiós, Princesa" también relata el origen modesto de los Ortiz-Rocasolano (“no había dinero suficiente ni para encender una estufa”), la clara vocación periodística de Letizia, sus cambios de personalidad (“la vida en Palacio la había transformado en una persona más controladora y cruel”), su obsesión casi enfermiza por las filtraciones a la prensa (puso a prueba a su familia para comprobar si existía un "topo" entre sus miembros) o su mala relación con sus hermanas, Telma y Érika, quien se suicidó en el año 2007, y con la segunda esposa de su padre.

También se revelan aspectos de la familia real, como que el rey es “huraño, maleducado y antipático” o que la infanta Elena (la mayor) “tiene algo desde el punto de vista médico” (en referencia al retraso mental del que siempre se ha rumoreado) y muestra a Letizia como una mujer colérica, impaciente y avergonzada de la familia de clase media-baja y republicana de la que procede.

Uno de los capítulos más sorprendentes es el que habla del entierro de Erika -quien se suicidó, según el autor, a causa de “la presión mediática”-, y en el cual afirma que no vio a Letizia derramar una sola lágrima por su hermana. “Hiératica. Daba instrucciones hasta el punto de que me parecía que estaba dirigiendo cualquier acto protocolario”, escribe Rocasolano.

Relata además cuando Antonio Vigo, ex pareja de Erika, se dirigió al rey Juan Carlos en el entierro y le gritó: "¡Vosotros tenéis la culpa! ¡Tu tienes la culpa, hijo de puta! ¡Vosotros la habéis matado!" "Las mejillas blandas de Juan Carlos temblaban mientras mantenía la vista al frente para evitar los ojos de Antonio Vigo”, recuerda David. “Cuando salió Juan Carlos, Letizia, ante los cientos de fotógrafos, se arrodilló ante el rey quizá pidiendo disculpas por la escena... No se arrodilló ante los padres de Érika, sus padres, se arrodilló ante Su Majestad el Rey de España. Sentí asco”, agrega.


Nadie conoce los motivos de la "traición" de David Rocasolano a su prima, con la publicación de un libro que, pese a ser todo un dardo envenenado, no tuvo repercusión en los medios de comunicación españoles, últimamente muy acostumbrados a publicar sobre los escándalos tocantes a la Monarquía borbónica. Ninguno de los grandes diarios madrileños -ni siquiera los republicanos- emitieron una sola línea al respecto, y se dice que varios centros comerciales y librerías del país recibieron presiones de la Casa Real para no vender el libro.

Uno de los pocos medios españoles que reaccionó ante la publicación fue el diario "La Gaceta", quien le dedicó al libro un extenso artículo y su tapa con el título "Letizia nos debe una explicación": "Doña Letizia es la Princesa de Asturias. Salvo trastornos imprevistos, será reina de España. Por consiguiente, una acusación como la que se contiene en ese libro va mucho más allá de un execrable cotilleo sobre la vida privada de una persona común”, afirma el diario.

"La Gaceta" exige que la princesa aclare públicamente el suceso y demuestre "que no hizo nada ilegal". "Es posible, por qué no, que David Rocasolano mienta", dice el autor del artículo. "Que todo sea producto de una venganza familiar o de una conjura contra el príncipe o del simple deseo de ganar notoriedad y dinero. En ese caso, Doña Letizia queda obligada a denunciar a su primo". "Desde luego", sentencia el diario, "lo peor que podría hacer es guardar silencio. Porque lo que está en juego, consideraciones morales aparte, es el expediente legal de la futura Reina de España”.


(*) Especial para Perfil.com