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robert harward

Un general rechazó ser el nuevo asesor de seguridad

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Clave . Si hubiera aceptado, habría tenido a su cargo las relaciones militares con Rusia. | AP
La administración de Donald Trump permanece incompleta en la Casa Blanca tras la decisión del vicealmirante retirado Robert Harward de rechazar la propuesta de tomar el puesto como su asesor de seguridad nacional.
Harward, un militar con cuarenta años de experiencia particularmente en Medio Oriente, fue la elección de Trump después de la renuncia de Michael Flynn, el asesor que le mintió al vicepresidente Mike Pence sobre su comunicación con el Kremlin.
Mientras que Harward atribuyó la decisión a razones personales, muchos especulan que la verdadera razón es que no se le permitió traer su propio equipo y estaría en la posición polémica de lidiar con la relación con Rusia, mientras congresistas demócratas plantean que la conexión entre el Kremlin y Trump es más profunda de lo que se afirma.
Por su parte, la cadena de noticias CNN reportó que un amigo de Harward dijo que, en verdad no quiso el trabajo por todo el “caos” que ve dentro de la Casa Blanca.

Flynn. Flynn renunció el lunes, el día que le ofrecieron el puesto a Harward, por no haber dicho los detalles sobre una conversación que tuvo en diciembre con el embajador de Rusia en los Estados Unidos, Sergei Kislyak, sobre las sanciones que Obama le impuso a Moscú.
En ese diálogo, Flynn le pidió al embajador que no reaccionara exageradamente a las sanciones, indicando que la administración de Trump estaría más inclinada a quitarlas.
Demócratas en el Congreso pidieron a las agencias de seguridad nacional más información sobre las conexiones que Trump tiene con Rusia, incluyendo las transcripciones de las conversaciones que Flynn tuvo con el embajador de Rusia.
La Comisión de Inteligencia en la Cámara ya está investigando el vínculo entre Trump y Rusia, después de la confirmación de hackeo electoral de ese país.

Pocos dispuestos. Harward no fue el único militar o político poco dispuesto a sumarse al gobierno.  El gobierno también tuvo muchos problemas en conseguir un director de comunicaciones de la Casa Blanca. El Washington Post y Politico recordaron que el primer elegido aceptó, pero rápidamente renunció, y otros dos candidatos rechazaron el ofrecimiento. También su primer candidato para secretario de Trabajo renunció, y ayer nominó a Alexander Acosta, un abogado federal de Miami, el único hispano de su gabinete. n