POLITICA
La pelea por el poder

La silla del gerente, en peligro

El gerente general del Banco Ciudad, Marcelo Pose, aparece como uno de los responsable por adquirir un sistema informático violando la letra de los pliegos. Un software que aún no funciona.

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Por ser uno de los responsables de una sospechosa contratación millonaria de un sistema informático que aparentemente no cumple con los pliegos de la licitación y que, hoy por hoy, no funciona, Marcelo Pose, gerente general del Banco Ciudad, puede haber ofrecido su cabeza a los que quieren manejar el banco.

El conocido fenómeno Y2K tiene una importante onda expansiva. Es que, por esas épocas, el Banco Ciudad compró a la empresa Unisys un sistema informático con el objetivo de paliar los posibles efectos tecnológicos que podría tener la llegada del siglo XXI y que además, pretendía mejorar la gestión del banco de cara al cliente y los proveedores.

Sin embargo, dos fuentes indicaron a perfil.com que los ejecutivos del Banco Ciudad prefirieron hacer caso omiso a las normas. Básicamente, omitieron la condición del pliego de licitación que obligaba al Banco a adquirir un sistema que hubiera sido utilizado por dos entidades financieras con anterioridad.

“Hubo una denuncia penal pero no prosperó”, sostuvo a perfil.com una importante fuente cercana a los puestos directivos del Banco Ciudad, que respaldó las acusaciones hacia quienes adquirieron el software.

Apenas entrado el nuevo siglo, Marcelo Pose, por entonces encargado de la gerencia de Compras, y Dino Petrucelli, el entonces y actual gerente del área de informática, se encargaron cerrar el acuerdo que prometía modernizar la gestión del banco público. Por esos días, el ibarrista Roberto Feletti, presidente de la entidad, premió a Pose consagrándolo gerente Coordinador.

“Lo de Unisys fue una cagada (sic) grande como una casa”, afirmó otra importante fuente del Banco Ciudad a perfil.com, que confesó que hasta hoy sólo se pagó un anticipo de un 10 por ciento del precio del programa, valuado en US$ 3 millones. Una voz allegada a la gestión de Eduardo Hecker asegura que todo está en regla. "Se reprogramó todo para que el software esté listo en diciembre sin poner un peso de más, ahora lo que tendrían que hacer es apurar a la empresa para que lo implemente a fin de año".

“Vamos directamente a la rescisión (del contrato)”, sentenció el hombre que por su alto cargo prefirió el anonimato. “Hay una importante falla de origen en los pliegos. Éste decía que tenía que haber sido probado en otros dos lugares, cosa que no se hizo. Además, todavía no se instaló nada”, agregó.