PROTAGONISTAS
tributo circense al rock

Show business y política en el Luna Park por Soda Stereo

Ministros y funcionarios de Nación y Ciudad junto con famosos en la première del nuevo espectáculo creado por el Cirque du Soleil.

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Accion. Con 35 artistas en escena, Sép7imo día recorre en varios actos temas de Soda Stereo. Los acróbatas vuelan por los techos y los escenarios aparecen en el piso. | Gentileza Rodrigo Alonso/Sep7timodia

Lisa tenía 11 años cuando su padre, Gustavo Cerati, decidió juntarse con Charly Alberti y Zeta Bosio. Me verás volver era la gira con la que Soda Stereo volvía a presentarse para dar ese segundo adiós luego de aquella primera despedida de 1997, cuando ella tenía apenas un año. Para Lisa, Soda es eso, un fenómeno familiar fuera de su tiempo que fue conociendo de más grande. Ahora, con 21 años, dice que no pudo evitar emocionarse cuando la voz de su padre recorrió de punta a punta un Luna Park ansioso de conocer de qué se trataba esta cuestión de revivir el espíritu del trío argentino a través  de acróbatas que desafían los límites de la física. “Había visto algo de los ensayos pero hoy (por el jueves la noche) fue la primera vez que pude ver la energía del público. De golpe aparece mi papá en la pantalla y es como que dije: ¿Qué está pasando acá? Me emocionó al verlo. Y me emociona ver a Soda, algo que yo antes no había vivido antes”, contaba la hija de Gustavo Cerati a PERFIL al término del estreno mundial de Sép7imo día. No descansaré, el show de Cirque du Soleil inspirado en la música de Soda Stereo.

El jueves por la noche, además de la presencia de Charly y Zeta, y de un nutrido grupo de celebridades y políticos, estuvieron ellos, sus familiares, aquellos que más cerca estuvieron de Cerati desde el momento en que sufrió un ACV en mayo de 2010. Por eso, cuando Lisa entró al Luna junto a su abuela, Lilian Clark, su hermano Benito y sus tías, Laura y Stella, el lugar se vino abajo en medio de una ovación. “Algunos estuvimos ayer, otros venimos hoy, yo vengo viendo el show ya desde los primeros ensayos. La familia está muy movilizada”, decía a PERFIL Laura, minutos antes del show.
“Es emocionante todo esto –acota Benito–. Pero me pasa algo muy loco, que es que yo disocio lo que es la música de lo que es la emoción que me provoca lo de mi viejo”.  Abajo, en el campo, podía verse más en solitario a Cecilia Amenábar, la madre de los hijos de Cerati. Se sabe: la relación con el resto del clan no es la mejor.

El espectáculo. Minutos después de las 21, comenzó este show que reúne a un elenco de 35 artistas, y que cautivó al público a través de una serie de cuadros visuales y acrobáticos, que se fueron dando tal vez sin un hilo conductor tan marcado, según la opinión que PERFIL recabó de varios espectadores. El comienzo fue un homenaje, un triángulo de luces en el techo simbolizando la figura que Gustavo, Zeta y Charly formaban en el escenario. Sobredosis de TV fue uno de los platos fuertes de la noche: el personaje Corazón roto, eco nostálgico de la Argentina predemocrática, pierde su sentido de identidad en una vorágine de efectos, grabado por una cámara pequeña pero reproducido (y atrapado) dentro de una televisión gigante. Sin dudas el mejor acto sucedió con Un millón de año luz, cuando una artista crea un dibujo de arena en tiempo real con sus dedos y manos mientras la imagen se proyecta en una pantalla elevada. Ciudad de la furia marcó otro momento fuerte de la noche, cuando varios artistas vuelan sobre cadenas. El momento emotivo lo reprodujo una artista que aparece en el medio del campo e interpreta Té para tres, haciendo que la gente se siente en el piso. Música ligera anticipa un cierre algo más explosivo –lo que muchos fans tal vez querían ver más– para terminar finalmente un toque emotivo en imágenes. Abajo, baterista y bajista se abrazan como en un triángulo inconcluso. Y en el público aplauden desde Gabriela Michetti, Marcos Peña, Mario Quintana o Jaime Duran Barba, hasta Lali Espósito, Matías Martin y Soledad Fandiño.