Enojados por las que llaman "respuestas automáticas" a sus mensajes desesperados cuando escriben a los números de contacto de los consulados. Angustiados por la falta de certezas respecto a cuándo podrán retornar a la Argentina y el dinero que se les acaba. Y preocupados, en un grado superior, porque sus remedios se están agotando y sus seguros médicos ya caducaron, o están a punto de hacerlo, y no disponen de red alguna de salvaguarda en medio de la pandemia global que provocó el coronavirus.
Tales fueron las sensaciones que expresaron los numerosos argentinos varados por el mundo en un Zoom organizado por los diputados de Juntos por el Cambio, el macrista Waldo Wolff y el radical Luis Petri, del cual participaron algunos medios, entre ellos PERFIL. Cada uno de ellos, a su turno, manifestaron sus emociones y urgencias desde lugares tan distantes como Japón, España Andorra, Italia, Estados Unidos, México, Costa Rica, Dinamarca, Honduras y hasta Indonesia, por citar solo algunas coordenadas.
La preocupación por la falta de cobertura médica es un punto que señalaron casi todos los participantes de la reunión que se prolongó a lo largo de poco más de dos horas, de modo virtual, y combinando distintos husos horarios. Muchos resaltaron incluso que se están quedando sin medicinas y no las consiguen en los países donde están. Ni siquiera los atienden en los hospitales.
Endeudados y sin respuestas ni soluciones: así están los argentinos varados en India
Guido Della Rosa, de 30 años y varado en Indonesia, contó que sufre hipotiroidismo y que en cuatro días se le termina el stock de 50 pastillas que se había llevado desde Buenos Aires. Las toma a diario desde los 16 años. "No sé qué voy a hacer", se resignó al final, tras remarcar que en aquel país también se han registrado numerosos casos de dengue y, cuando asistió a un hospital local, no lo atendieron por más que esperó su turno por horas.
"Acá solo hay dos ciudadanos. Los indonesios y los argentinos, porque el resto de los extranjeros ya fueron repatriados. Los aviones siguen volando y la única razón por la que seguimos acá es porque en Argentina no les permiten volar hasta allá", responsabilizó Guido.
Hubo más casos particulares como el suyo que ilustran las preocupaciones de grupos enteros. Casi todos los varados que hablaron en representación de las redes de Whatsapp que armaron con decenas cuando no cientos de participantes remarcaron que hay argentinos con diversas dolencias —HIV, cáncer, hemofílicos, diabéticos, entre otras— que demandan atención urgente así como también embarazadas en estado avanzado o de riesgo.
Desde Honduras, Marta participó con su madre de 92 años, quien había viajado por su cuenta para visitarla cuando la atrapó la pandemia. "Estamos esperando que mi mami pueda volverse para la Argentina. Ella está sana y no está lista para morirse. Ella puede volver. Tiene el derecho de que el país le devuelva algo de todo lo que ella dio", suplicó desde la isla de Roatán.
"Estamos esperando que mi mami pueda volverse para la Argentina. Ella está sana y no está lista para morirse. Ella puede volver."
Puntualizó que allí no hay casos positivos de la enfermedad aunque temen por los isleños del continente que tratan de colarse por las noches, pese al estricto control de las autoridades locales que tratan de mantener aislada la isla. Pueden llevar el virus con ellos. "Si acá en la isla, entra un caso, estamos todos muertos. No hay salida. no hay hospital. Es un lugar para venir, estar dos semanas e irse", vaticinó.
Marta añadió que su madre debió cambiar la medicación acorde a las drogas que pueden hallar en Roatan. Eso implicó dejar de tomar algunos. "No son todos los que precisa", detalló. Y comentó que los jóvenes que se encuentran en aquel lugar "no tienen techo y ya están adelgazando porque están comiendo menos."
En Sudáfrica, Mariano narró que más allá de la desesperación por el racionamiento de la comida y las nulas definiciones por parte de las autoridades diplomáticas locales –si bien destacó que han dispuesto una suma mínima para asistirlos en los últimos días– , se añade una situación de violencia, en especial, para quienes yacen en Johannesburgo. Robos y xenofobia ya que algunos locales asocian su color de piel con el dinero, remarcó.
"Acá el tema de la seguridad es un tema rutilante. Tenés horarios para salir y ahora es peor porque estamos en cuarentena. Y durante el día es conveniente salir de a grupo. Te pueden seguir durante varias cuadras y saben donde vivís. Nos ha sucedido que nos llaman por el nombre del hostel", indicó. Aseguró que Sudáfrica no está en los mapas de la Argentina . "Eso es lo que más nos preocupa", concluyó.
Las historias menos pensadas de argentinos que siguen varados en el exterior
Florencia no es varada sino que vive desde hace siete años en Italia. Narró cómo ella y otros argentinos residentes en la península montaron un grupo de ayuda vía Whatsapp para asistir a los argentinos que se estaban quedando sin recursos. Más allá de los problemas comunes de falta de alojamiento y comida, alertó de varias situaciones graves de abusos y violencia de género que identificaron en medio de las órdenes de confinamiento dispuestas en aquel país.
"Tuvimos casos donde hubo abusos en las casas donde estaban alojados. Personas que sufrieron violencia, que querían irse de ese lugar y no podían hacerlo. Llamábamos al consulado pidiendo ayuda para saber cómo podíamos hacer, si había algún lugar específico y nos respondían que necesitaban tiempo", señaló la joven. Ella misma dijo estar albergando a una joven que padeció un ataque por parte del padre de la familia que la alojaba y a la que tuvieron que rescatar.
Al inicio del encuentro virtual, el diputado Petri explicó que llevan más de 30 reuniones vía Zoom con unos 700 argentinos, a partir de las cuales trabajan en una agenda de proyectos para asegurar su contención desde el Estado. "La imagen que hay de los varados en la Argentina es muy distinta de la que realmente existe. En un primer momento se dijo que eran chetos. Posteriormente que estaban prolongando sus vacaciones. Y lo cierto es que son múltiples las carencias que tienen en el exterior", señaló el radical.
"La imagen que hay de los varados en la Argentina es muy distinta de la que existe. Se dijo que eran chetos. Lo cierto es que son múltiples las carencias que tienen en el exterior", dijo el diputado Luis Petri
Además de la caducidad de sus coberturas médicas, Petri enumeró la precarización de su alojamiento, tras el cierre de los hospedajes o la expulsión que sufren de los mismos. Y también el costo de los vuelos, de su manutención diaria, con el plus del 30 por ciento que les recarga el impuesto PAIS. Junto a Wolff, ambos legisladores coincidieron en asegurar a los varados que impulsarán, desde la oposición, una serie de iniciativas para aliviar su situación en el extranjero.