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OPINION

Entre culpas y herencias

El resultado electoral y la necesidad de votos quitó todos los filtros y el mismo 11 de agosto desde el gobierno comenzaron a cementar su discurso en una premisa que es, por lo menos, engañosa.

Fernandez macri 12092019
Alberto Fernandez y Mauricio Macri | NA

La intensidad electoral debilita al mínimo la capacidad de crear síntesis políticas que reflejen, con solidez, como vamos a saltar el obstáculo de la coyuntura que vivimos. La honestidad intelectual parece haberse quedado olvidada en algún lugar del que solo salen inexactitudes en el mejor de las casos y mentiras en otros.

Los pesimistas suelen decir que nuestro país no tiene salida, admito que hay datos y hechos que pueden darles la razón. Nos cuesta consolidar las acciones políticas positivas y con un llamativo énfasis practicamos las que nos hacen mal, y ahí, empezamos a echar culpas.

El apabullante resultado electoral y la abrumadora necesidad de votos quitó todos los filtros y el mismo 11 de agosto desde el gobierno comenzaron a cementar su discurso en una premisa que es, por lo menos, engañosa. La culpa de todo lo que ocurrió post PASO tiene que ver con ese resultado.

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Pero hay datos y son obstinados, pegan con la dureza de lo irrefutable, y me tomo el atrevimiento de dar algunos, solo para tratar de aclarar el panorama técnico, porque lo social se describe solo.

La proposición más general es que el mercado se derrumba desde las elecciones, sin intentar definir la entelequia “mercado”, si se puede decir que el Merval, medido en dólares, perdió en 2018, alrededor de un 50% y el dólar, en ese mismo año, subió un 100%, sí, una devaluación magnífica. El riesgo país pasó de 447 puntos en enero del 2016 a 815 el primero de agosto de 2019. Todo esto lejos de las PASO.

Pero ¿qué se puede decir de la economía real? La inflación fue del 48% durante el año pasado, y en alimentos del 64%. El salario medido en términos reales cayó un 12% en 2018. Durante 2016 el PBI se derrumbó PBI 3,1% per cápita, en 2017 creció 1,6% y en 2018 la contracción fue de 3,5% per cápita, lo que significa un acumulado de -5%. Cierto es que los depósitos en dólares subían, situación celebrada en el gobierno, pero vale preguntarse si eso no era porque los argentinos se iban del peso, desconfiando de la conducción política.

El presidente dice y sus funcionarios repiten, que la disparada de la inflación es por las Primarias, pero sorpresivamente, o no tanto, la inflación acumulada a Julio del 2019 era de 54,4%, la más alta desde los ’90 y lleva, durante el gobierno de Macri 37,35% de promedio por año, mucho más que en los últimos periodos presidenciales, donde fue del 23,34%, nada bueno, al contrario, una inflación insoportablemente alta la del gobierno anterior, pero está claro que la de este, es mucho peor.

Leliqs por más de $1.150.000 millones, pagos al FMI durante los próximos años por más de u$s 50.000 millones, y una sangría de reservas que no cesa, a un ritmo muy superior de lo que aguantan los dólares en el Banco Central.

Un cepo que no funciona, un “rulo” que solo pueden hacer las grandes manos del mercado, un dólar contado con liquidación que agranda su brecha con el oficial, un “reperfilamiento” que aumentó la salida de depósitos abriendo dudas sobre la fortaleza del sistema bancario. Pero sin dudas lo más importante es que 1 de cada 2 chicos argentinos con hambre y una pobreza entorno al 40%.

Evidentemente Mauricio Macri recibió un país difícil, con un severo desorden macroeconómico, pero creo que no hay dudas, mirando los datos que se miren, quien asuma el 10 de diciembre recibirá algo mucho peor y ahí no habrá tiempo para echar culpas o hablar de herencias, el desafío va a ser resolver el severo drama que dejan en el país.

 

* Analista económico @leoanzalone