El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a cargar contra los Estados Unidos, luego que el país del Norte desguazara el avión iraní que estuvo retenido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza durante 20 meses, en el marco de una investigación por espionaje.
Las declaraciones del mandatario venezolano se dieron en medio de una marcha por los 20 años del discurso antiimperialista de Hugo Chávez.
"En la noche fuimos informados de un acto vil, criminal, indignante en un aeropuerto de Miami, en la Florida. El imperio gringo perverso con toda su maldad procedió a descuartizar el avión de Emtrasur de Conviasa que nos habían secuestrado", expresó Maduro.
Al Boeing 747-300M le sacaron la zona del fuselaje donde estaba pintada la bandera, además de quitarle el nombre de Luisa Cáceres de Arismendi y solo se veía una parte del ploteo de Emtrasur Cargo, correspondiente a la empresa estatal que lo utilizaba.
El mandatario aseguró en el evento de este jueves que esas fueron las acciones "antes de que lo descuartizaran y lo picaran a pedazos".
De ese modo, Maduro opinó que "ese es el odio que le tienen a la Venezuela digna, bolivariana".
Y arremetió: "Es indignante este crimen que se ha cometido contra un avión que le pertenecía a los venezolanos".
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El caso del Jumbo venezolano retenido en Ezeiza
El avión de Venezuela aterrizó en suelo argentino en junio de 2022. En él, había cinco iraníes y 14 venezolanos a bordo, quienes fueron retenidos en un hotel de Ezeiza por actividades terroristas, pero, ante la falta de pruebas, los liberaron.
Entonces, Estados Unidos solicitó el decomiso del avión y 20 meses después, el 11 de febrero, la aeronave partió desde Ezeiza hacia Miami.
De ese modo, la tripulación continúa siendo investigada. La DAIA se presentó como querellante por su vínculo con el terrorismo de las fuerzas Al Quds, de Irán.
La aeronave era de la aerolínea iraní Mahan Air y en ese momento era de Emtrasur Cargo, filial de la estatal venezolana Conviasa, previamente sancionada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El fiscal general adjunto Matthew Olsen solicitó el avión ya que había sido transferida a un tercero por parte de Mahan Air, también sancionada por Washington, por lo que "violó las leyes de control de exportaciones de Estados Unidos".
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