La Cámara Federal de Casación Penal otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz y a otros dos represores, todos condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. El hijo de Julio López, el militante peronista que desapareció en 2006 cuando tenía que presentarse al juicio contra el funcionario de los efectivos la bonaerense, cuestionó la decisión de los jueces.
Pese a contar con varias condenas a cadena perpetúa en su contra, los jueces tuvieron en cuenta los 93 años de Etchecolatz y el considerable deterioro la salud del represor, así como también la aparente falta de recursos del Servicio Penitenciario Federal para asistirlo.
La decisión fue adoptada en el marco de la causa en la que el represor, exdirector de Investigaciones de la Policía Bonaerense, se encuentra procesado por el asesinato de Horacio Alejandro Benavides, un militante de 22 años que fue ejecutado en septiembre de 1976 por un grupo de represores que respondían a la Dirección General de Investigaciones. Sin embargo, no es el único expediente en su contra.
La querella se opuso a que se otorgara domicilia a Etchecolatz, ya que alegó que “las patologías presentadas se encuentran tratadas adecuadamente”. Según la información a la que pudo acceder Télam, la parte denunciante argumentó que “el hecho que se encuentre actualmente en el Sanatorio en Merlo es prueba de que se puede garantizar su derecho de acceso a la salud”.
De igual forma, el condenado a perpetúa debe recibir el alta en el sanatorio donde se encuentra internado e intentar una resolución similar en las demás causas que recaen en su contra.
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El repudio de la familia de Julio López
Rubén López, hijo del militante peronista Julio López, condenó este jueves 9 de junio la decisión de los jueces de Casación y los acusó de “favorecer genocidas”.
En diálogo con el programa Nobleza Hormiga de FM La Patriada, Rubén López expresó: “Tememos que haya un efecto dominó y empiecen una tras otras las domiciliarias”. En ese sentido, sostuvo que "los jueces hablan por sus fallos, acá están favoreciendo a un genocida”.
“Etchecolatz tiene muchas cosas que contar y no lo hace”, indicó el hijo de Julio López y agregó que podría considerarse al exdirector de Investigaciones de la Policía Bonaerense como “el genocida de la Provincia de Buenos Aires”.
Rubén López afirmó que Etchecolatz era quien “decía quién moría y quién no, lisa y llanamente”. “Hay favores que se están pagando por parte de empresarios y jueces”, denunció.
Los otros dos beneficiarios por la domiciliaria
Los fallos que beneficiaron a los otros dos represores están enmarcados en el caso conocido como Contraofensiva Montonera, ya que se juzgaron los secuestros, tormentos, persecución y homicidios realizados contra la agrupación guerrillera.
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Los demás condenados por delitos de lesa humanidad que fueron beneficiados son el militar retirado Mario Ocampo, de 74 años, y el exjefe de Contrainteligencia del Batallón 601, que ejerció durante la dictadura militar, Luis Ángel Firpo. Este último ya había recibido una sentencia por prisión domiciliaria, pero tuvo que ser revocada cuando pudo comprobarse que infringió los términos de esta forma de arresto.
Sin embargo, aún no podrán regresar a sus hogares, puesto que deberán aguardar a que las autoridades cuenten con los dispositivos electrónicos necesarios para monitorear sus movimientos y poder corroborar que no violen los términos de la prisión domiciliaria.
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