El crimen de Lucio Dupuy traza un paralelismo con un recordado caso de Estados Unidos que data del 24 de mayo de 2013, cuando una madre y su pareja alimentaron con comida para gatos, torturaron y asesinaron al pequeño Gabriel Daniel Fernández.
El hecho se remonta al 22 de mayo de ese año, cuando una mujer hizo una llamada al 911 y dijo que su hijo no respiraba. Sin embargo, cuando el menor fue trasladado al hospital pudieron determinar que tenía cortes en el cuerpo, el cráneo y las costillas rotas, quemaduras y signos de haber sido abusado.
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La historia de este niño fue retratada en el documental de Netflix Justicia para el pequeño Gabriel en marzo de 2020. El menor fue criado por familiares cercanos a su madre, porque ella no estaba interesada en hacerse cargo de él. Sin embargo, en el año 2012 su suerte cambió: su madre, Pearl Fernández, y su padrastro, Isauro Aguirre, se lo llevaron con ellos para recibir prestaciones sociales del estado.
En Palmdale, Los Ángeles, el niño sufrió una serie de abusos durante un lapso de ocho meses: recibió golpes, quemaduras de cigarrillo, fue encerrado en un armario e incluso alimentado con comida para gatos. Estas similitudes lo conectan al caso de Lucio Dupuy, el niño de La Pampa que recibió torturas físicas y abusos por parte de su madre y su pareja durante un período de dos años: en ninguno de los casos existió un seguimiento integral de la situación que ambos menores vivían en sus casas.
En el nuevo colegio al que fue trasladado al mudarse con su madre, el pequeño se abrió ante una profesora, Jennifer García, a quien le confesó que recibía golpes con el cinturón. La docente denunció el caso de abuso en reiteradas oportunidades porque veía que la situación de Gabriel se agravaba, pero servicios sociales nunca dio una respuesta concreta para ayudarlo. Así fue todo hasta su inevitable muerte.
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Pero no fue hasta la publicación de los datos a través de una fuente anónima que el caso recibió la atención que merecía. Esta información provenía del Departamento para Niños y Familias de Los Ángeles y allí se reveló que docentes y familiares del niño habían denunciado situaciones de abuso hacia el menor, pero que ninguna de esas notificaciones fue tomada en cuenta por trabajadores sociales.
Por esta situación, cuatro trabajadores sociales también fueron acusados de abuso infantil y falsificación de archivos públicos.
Luego de que se llevara a cabo el juicio oral, Isauro Aguirre fue condenado a pena de muerte, aunque aún no tiene fecha para la ejecución. Mientras que, por otro lado, Pearl Fernández recibió cadena perpetua sin posibilidad de liberación anticipada.
En una entrevista con revista Time, el director de la serie documental sobre la vida de Gabriel Fernández, Brian Knappenberger, contó cuál era el mensaje que quiso dejar con esta historia: "Nadie escuchó a Gabriel cuando estaba vivo. Mucha gente le falló y hay muchas razones por las que esto pasó. Pero cuando llegas al final, la pregunta es: ¿cómo quieres tratar a los niños?".
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