La Ruta de la Seda: un acuerdo con China que puede generar más perjuicios que beneficios
La histórica y extensa ruta comercial de China está en la mira por fuertes sospechas de corrupción, préstamos y sobornos sobre los países a los que refinancia obras.
La ruta de la seda, una iniciativa tomada por China que involucra buena parte del comercio internacional desde Israel hasta la vieja Europa, se encuentra envuelta en rumores de corrupción, sospechas de presiones de todo tipo y sobornos. Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el doctor Alberto Ruskolekier quien expresó que,“esta situación geopolítica implica financiar proyectos a muchos países, de los cuales son poco desarrollados construyendo puertos, bases militares, centrales nucleares y rutas”.
Préstamos a países con poco desarrollo
Según Ruskolekier, hasta el año pasado se contabilizó por lo menos, como mínimo, 52 mil millones de dólares de refinanciamiento de préstamos de países que habían tomado préstamos de China y que no los podían pagar.
“Los países que fueron beneficiados con estos préstamos no tienen ningún tipo de carta de crédito internacional y es ahí donde China precisamente interviene y presta el dinero”, explicó el doctor. Y agregó: “China tuvo que colocar y recapitalizar a sus bancos porque los países que habían tomado préstamos, una gran parte de ellos no los podían pagar y la bola de nieve empezó a crecer y refinanciar”.
El real interés de China y los supuestos sobornos
Con respecto a las versiones que indican que a China no le interesa que se le devuelvan los préstamos, sino que ellos quieren penetrar en los lugares y de ser posible quedarse; Ruskolekier aseguró que coincide “totalmente” con esas versiones. Y añadió: “El tema de Sri Lanka que no pudo pagar el préstamo y se quedaron con la explotación del puerto, es un ejemplo”.
Según el analista, en Estados Unidos salieron unos informes muy importantes y serios, que dieron cuenta de que en una parte de los países que recibieron los préstamos, como Camboya y Venezuela “ han pagado sobornos a dirigentes políticos para que le sigan dando contratos a las empresas chinas”.
Para finalizar, expresó: “La deuda se transforma en un mecanismo de penetración y el control se ejerce en la medida en que no se paga. Cuando seguís siendo un deudor infinito obviamente el país va a quedar generalmente sujeto este tipo de trampa”.
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