Peronistas vs Camporistas | Se está perdiendo una oportunidad histórica
Los peronismos parecen más preocupado en debatir cuáles son los espacios de poder que les corresponde, que en buscar acuerdos excepcionales que superen la polarización.
En estos tiempos difíciles, en medio de frente peronista sin un liderazgo hegemónico, rodeado de marchas oficialistas y opositoras, en medio de esta terrible pandemia y cruzado de tantos rumores y temores. El off the record sirve como una buena técnica periodística para saber qué piensa el Gobierno.
Escuchen esto. Los camporistas se cuidan mucho de no criticar directamente al jefe de estado, porque dicen ser leales al mandato que les dio Cristina de no cuestionar a Alberto. Pero sí, reconocen sentirse defraudados por varias de las políticas de los últimos días. En especial, la posición crítica de Argentina frente a Venezuela.
Algo más, hablan de la lealtad que Alberto le debe a Cristina, como espejo de la que Cámpora tuvo con perón. El problema para ellos es que Alberto Fernández no es Cámpora ni Cristina es Perón.
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Un importante funcionario camporista bonaerense se queja concretamente de la supuesta inacción de una parte del gabinete. Dice esto: “es un equipo pensado para jugar un partido”, afirma. “pero el juego cambió y hoy les toca jugar otro partido para el que algunos no están preparados”.
Los albertistas, en cambio, transformados en conductores ejecutivos de esta alianza multiperonistas, intentan minimizar las diferencias con el camporismo y explican que en las últimas dos semanas el presidente el presidente retomó un camino propio de conducción. Mencionan tres ejemplos. El apoyo a la declaración crítica de la ONU sobre Venezuela. Dos, el lanzamiento de la mesa de diálogo entre empresarios y sindicalistas. Y tres, el haber vuelto a comunicar las sanitarias mostrándose junto a los líderes opositores como Rodríguez Larreta y Gerardo Morales.
Pero al mismo tiempo, están algunos albertistas que dicen sentirse “escrutados”, vigilados por el cristinismo para después llenarles la cabeza a su jefe. Y completan así sobre los muchachos camporistas como los llaman: “A veces pierden más tiempo en controlar los que hacemos para ver si pueden reemplazarnos en nuestros cargos que en cumplir funciones y en colaborar”
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Por su parte, uno de los principales organizadores del acto sindical del 17 de octubre refleja el fondo de los sectores más tradicionales del peronismo. “La crisis no es económica”, sostiene. “La crisis es de conducción política y se refleja tanto en lo económico, en lo social y en lo internacional”
Fijense ahora que estos tres peronismo, que hablan en off the record, parecen más preocupados en debatir cuáles son los espacios de poder que les corresponde y cómo aprovechar mejor las desavenencias de la oposición. Una pena.
Están perdiendo la oportunidad histórica de aprovechar este momento de excepción, para buscar soluciones excepcionales que miren más allá de la polarización Argentina.
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