La aspirante a la presidencia de Argentina Patricia Bullrich buscaría un mayor apoyo del Fondo Monetario Internacional para destrabar los controles de divisas lo antes posible si fuera elegida este año, según uno de sus principales asesores.
Luciano Laspina, un economista que trabaja en estrecha colaboración con Bullrich, insinuó que la candidata de línea dura podría incluso solicitar nuevos fondos al FMI, más allá del programa actual de Argentina de US$44.000 millones.
“El banco central está quebrado. Lo ideal para evitar riesgos de inestabilidad sería tener algún matafuegos para poder evitar cualquier corrida irracional contra la moneda”, dijo Laspina, quien también es congresista, en una entrevista desde Buenos Aires.
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Cuando se le preguntó directamente si un nuevo acuerdo con el FMI bajo un mandato de Bullrich implicaría más dinero, Laspina respondió: “Es una decisión del Fondo Monetario si quiere apoyar un programa de estabilización y crecimiento que cambie la Argentina en los próximos 20 años”.
El ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, que también está en carrera por la presidencia, llegó a un nuevo acuerdo a nivel de staff la semana pasada sobre el programa más grande del FMI. El país tendría acceso a un desembolso de US$7.500 millones, que espera la aprobación del directorio del FMI en la segunda quincena de agosto. Sin embargo, el dinero del FMI apunta en gran medida a que el Gobierno pague la deuda de un préstamo anterior.
Bullrich se enfrentará el 13 de agosto al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, en una votación primaria, que determinará quién pasa a las elecciones generales de octubre. Las encuestas presenciales dan a Bullrich una estrecha ventaja sobre Rodríguez Larreta, aunque las encuestas en las últimas elecciones de Argentina no predijeron correctamente el resultado de las primarias. Además de Massa, el economista libertario Javier Milei también está en la carrera y ha llamado la atención al proponer una dolarización total.
Laspina describió sus diálogos con el FMI hasta el momento como “prácticamente nulos”, y señaló que sería prematuro comenzar las conversaciones antes de la votación primaria. Funcionarios del FMI anticipan conversaciones más intensas con economistas de la oposición como Laspina después del 13 de agosto, según personas familiarizadas con el asunto.
Un nuevo blooper de Patricia Bullrich
El congresista de la provincia de Santa Fe, región principalmente agrícola, propone un plan económico que incluye realizar fuertes recortes al gasto público, salir de los controles de capital dentro de un año y evitar otra reestructuración de la deuda soberana, ya que hay pagos de deuda con tenedores de bonos privados que vencen a partir del próximo año. Junto con las reformas estructurales y un acuerdo renovado con el FMI, Laspina dijo que un Gobierno de Bullrich podría generar suficiente confianza pública para acabar con los controles de divisas sin exacerbar en gran medida la inflación anual.
Los precios al consumidor en Argentina ya aumentando más de un 115% al año, mientras que casi el 40% de la población vive en la pobreza.
Laspina, ex economista jefe de Banco Ciudad, en Argentina, no proporcionó un plazo más específico para una salida de las restricciones de capital o controles de divisas, aunque dijo que un año completo sería demasiado largo. Descartó un tipo de cambio fijo como el que tuvo Argentina en la década de 1990 o una dolarización de la economía.
“No podemos cometer los errores del pasado, que es atarnos a un tipo de cambio ultrafijo, porque eso después te condena a shocks externos”, dijo Laspina.
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Un Gobierno de Bullrich consideraría algunas opciones para la política monetaria, dijo. Una posibilidad es un tipo de cambio que se permita que flote libremente dentro de cierto rango que el banco central aplique, un plan que se implementó temporalmente al final del Gobierno de Mauricio Macri.
En el corto plazo, Laspina también ve otra posible ruta de política monetaria: un sistema con dos tipos de cambio oficiales que apunten a ser temporales, donde una tasa sería más débil para las exportaciones y otra más fuerte para las transacciones locales.
De ser elegida, Bullrich reduciría drásticamente el gasto público en “no menos del 3%” del producto interno bruto para lograr un equilibrio fiscal primario dentro del primer año. Los recortes se enfocarían en reducir el gasto en empresas estatales, hacer que el Estado sea más eficiente, recortar los generosos subsidios a los servicios públicos y el transporte y eliminar las exenciones de impuestos.
“Si Argentina no hace una corrección de las cuentas públicas, va a ir a una hiperinflación”, dijo. El actual “Gobierno está jugando con fuego con haber postergado muchas medidas de corrección”.
Traducido por Bárbara Briceño.
