La invasión rusa de Ucrania ha hecho subir los precios de los productos básicos, asestando un doble golpe al hambre mundial: más personas necesitadas y porciones más pequeñas para alimentarlas.
El ataque a Ucrania, conocida como el granero de Europa, ha impulsado los ya elevados precios de los cultivos a alturas sin precedentes. Eso acelera la inseguridad alimentaria en todo el mundo, incluida la propia Ucrania.
"Con las cuentas de energía también al alza, los gastos del Programa Mundial de Alimentos aumentaron un 44% desde 2019", dijo Arif Husain, su economista jefe. El grupo de las Naciones Unidas, la organización humanitaria más grande, "está tratando de llegar a por lo menos 140 millones de personas este año, pero le falta la mitad de los US$20.000 millones que necesita para hacerlo", dijo.
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Y en comparación con alzas de precios de alimentos de hace una década, esta se ve agravada por la pandemia y otras guerras que se desatan en lugares como Yemen, Siria y Etiopía. “Esto no podría haber ocurrido en un peor momento”, dijo Husain, y añadio: “Estamos recortando las raciones a la izquierda, a la derecha y al centro”.
Las porciones que entrega el PMA ya eran básicas: una persona podría recibir una asignación de 15 kilogramos de trigo o arroz, legumbres, azúcar, sal y aceite vegetal por mes.
El daño causado en Ucrania, por lo general uno de los principales exportadores de granos del mundo, se suma a los desafíos. Más de tres millones de personas en el país pueden necesitar ayuda alimentaria. Además, el PMA a menudo obtiene alrededor del 60% de sus granos del país, dijo Husain.
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Los puertos ucranianos han estado cerrados desde que estalló la guerra, y los cargamentos previstos de guisantes partidos y cebada de Odesa para África Occidental ya han sido cancelados o retrasados, dijo el grupo en un informe.
El PMA está realizando licitaciones internacionales para buscar suministros en otros lugares, pero eso podría tener un costo más alto y aumentar los tiempos de envío. Y la invasión rusa pone en riesgo las plantaciones y cosechas de Ucrania en los próximos meses, limitando aún más el suministro mundial.
“No es solo la devastación en Ucrania, es la devastación francamente en todo el mundo”, dijo Husain, quien remarcó: “Los pobres están pagando el precio”.