Las autoridades holandesas, ayudadas por el Reino Unido, frustraron un ciberataque ruso contra la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en inglés) en el marco de una investigación por el supuesto uso por parte de espías del Kremlin de un veneno nervioso mortal en suelo británico.
Cuatro agentes rusos de la agencia de inteligencia militar GRU que portaban pasaportes diplomáticos fueron detenidos y expulsados por el intento de piratería, informó el ministro de Defensa holandés, Ank Bijleveld, en una sesión informativa en La Haya. Además de los correos electrónicos y los esfuerzos en línea para violar los sistemas, fueron sorprendidos realizando "ataques de acceso cercano" utilizando equipos ocultos en el maletero de su Citroen alquilado para interrumpir las redes computacionales de la OPCW, según funcionarios del Reino Unido.
Solo unas horas después de que el Reino Unido acusara al Kremlin de una serie de ataques cibernéticos "imprudentes e indiscriminados", incluido uno al Comité Nacional Demócrata durante la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos, las últimas denuncias aumentan aún más las tensiones entre Rusia y Occidente. El Reino Unidos y EE.UU. han impuesto sanciones a Rusia por los casos y los funcionarios británicos dijeron que es probable que las nuevas acusaciones conduzcan a solicitudes de nuevas restricciones.
"Este intento de acceder a los sistemas seguros de una organización internacional que trabaja para librar al mundo de las armas químicas demuestra el desprecio de GRU por los valores globales y las reglas que nos mantienen a todos a salvo", dijeron la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, y su homólogo holandés Mark Rutte, en un comunicado conjunto. Según las autoridades holandesas, se espera que las autoridades británicas anuncien el jueves por la noche los cargos relacionados con el ataque.
Derribo y dopaje
Los agentes expulsados también fueron sospechosos de intentar piratear las investigaciones extranjeras sobre el derribo de un avión de pasajeros de una aerolínea de Malasia en el este de Ucrania -un ataque que se atribuyó a Rusia- y una reunión del Comité Olímpico Internacional sobre el supuesto programa de dopaje patrocinado por el estado de Moscú.
"Este fue el GRU que trataba de limpiar el propio desastre de Rusia", dijo el embajador británico en Holanda, Peter Wilson, en una reunión informativa en La Haya, refiriéndose a los esfuerzos para encubrir el papel del Kremlin en el escándalo de dopaje y el uso del agente nervioso.
La embajada rusa en los Países Bajos rechazó las acusaciones calificándola de "desinformación", según la agencia de noticias estatal Tass. Un senador del partido en el poder dijo que Rusia respondería a las expulsiones sobre la base de la ley del talión.
Las relaciones del Reino Unido con Rusia están en su peor momento desde el apogeo de la Guerra Fría en la década de 1970. La policía británica cree que dos agentes rusos de GRU, utilizando los alias Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, rociaron el veneno nervioso con características de arma química Novichok en la manija de una puerta en la casa del ex espía ruso Sergei Skripal el 4 de marzo en Salisbury, en el sur de Inglaterra.
El ataque dejó a Skripal y su hija, Yulia, gravemente enfermos. La residente de Salisbury Dawn Sturgess, de 44 años, quien luego fue expuesta al mismo agente nervioso, que ingresó al Reino Unido en un frasco de perfume falsificado, murió en julio.
Rusia niega haber participado en el ataque de Skripal, lo que condujo a una expulsión masiva de diplomáticos por parte del Reino Unido y sus aliados occidentales, y la imposición de sanciones por parte del presidente de EE.UU.
Vladimir Putin, esta semana acusó a Skripal de ser un "canalla" y un "traidor".
