El presidente Donald Trump amenazó con imponer aranceles a todos los automóviles que se importen en Estados Unidos. Si lo hace, las repercusiones se extenderán por todo el mundo.
Los riesgos se aclararán el miércoles en la reunión de Trump con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Europa intenta lograr que EE.UU. de pie atrás en sus iniciativas que podrían desencadenar una verdadera guerra comercial automotriz, perjudicando las utilidades de los fabricantes de automóviles, alterando las cadenas de suministro y aumentando los precios para los consumidores.
En las últimas semanas, los inversionistas se han centrado en el posible impacto de los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas. Pero los potenciales gravámenes a los vehículos podrían causar un daño económico aún mayor, más del doble del monto de todos los demás aranceles que EE.UU. ya ha implementado o ha propuesto, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
El Departamento de Comercio está investigando si los automóviles extranjeros representan una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU. La investigación abarca las importaciones de automóviles, incluidos SUV, furgonetas y camionetas, así como de autopartes. El Departamento de Comercio tiene hasta febrero para informar sus conclusiones al presidente, quien tiene la decisión final en cuanto a imponer sanciones, incluidos aranceles y cuotas.
¿Qué país sería el más afectado si el presidente impone aranceles? Un desglose de las cifras muestra que, el año pasado, Canadá y Japón exportaron la mayor cantidad de vehículos a EE.UU. en términos de valor, seguidos por México, Alemania, Corea del Sur y el Reino Unido.
Pero otros países probablemente también tomarán represalias si EE.UU. impone aranceles, lo que causaría aún más daño económico. Canadá, China y Alemania importaron la mayor cantidad de autos estadounidenses el año pasado.
Una guerra comercial automotriz sería un duro golpe para fabricantes de automóviles como General Motors Co. y Toyota Motor Corp., que han ajustado sus cadenas de suministro para aprovechar los países con bajos aranceles, como EE.UU. El siguiente gráfico muestra los países que lideran la producción de diversos componentes de automóviles de pasajeros estadounidenses, desde parachoques hasta volantes.
La semana pasada, grupos del sector automotor, trabajadores de la industria y gobiernos extranjeros condenaron la idea de aumentar los aranceles a los automóviles en una audiencia pública en Washington. Orador tras orador instaron a la administración a evitar perjudicar la misma industria que quiere ayudar.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo que es demasiado pronto para decir si la administración decidirá imponer aranceles, aunque señaló que el presidente reconoce la naturaleza indispensable de la industria automotriz estadounidense.