Mientras se prepara para su cumbre anual de Davos de líderes del mundo de los negocios, la política y las finanzas, WEF señaló que es hora de cambiar el hecho de que el destino de una persona en la vida todavía está determinado, en gran medida, por su posición socioeconómica al momento de nacer. El resultado, indicó, es que “con demasiada frecuencia las sociedades incrementan, en lugar de reducir, las desigualdades históricas”.
En su informe sobre movilidad social, WEF sostuvo que Europa está bien posicionado, particularmente los países nórdicos, mientras que Japón llegó al lugar 15 y Estados Unidos, al puesto 27.
Pero señaló que los problemas son muy generalizados y que la mayoría de los países tiene un rendimiento inferior en los tres indicadores clave: bajos ingresos, falta de protección social y deficientes sistemas de aprendizaje.
"La desigualdad se ha arraigado y es probable que empeore"
Esos problemas de larga data han alimentado una creciente percepción de injusticia -incluso pese a que las medidas económicas sugieren que la desigualdad se está reduciendo ampliamente- y una merma de la confianza y el desencanto con la política. WEF sostuvo que dar a todos la oportunidad de alcanzar su potencial no solo mejoraría el bienestar personal, sino que también brindaría beneficios más amplios al impulsar el crecimiento económico.
“La desigualdad se ha arraigado y es probable que empeore en medio de una era de cambios tecnológicos y medidas para lograr una transición ecológica”, indicó.
En su informe, WEF hizo una serie de recomendaciones para el cambio, entre las que se cuentan modificar los impuestos personales y abordar la concentración de la riqueza; fortalecer la educación para preparar mejor a las personas a lo largo de su vida laboral; y aumentar la protección social para aquellos cuyas industrias enfrentan dificultades.