El último informe de la consultora Empiria, titulado “Bálsamo inmediato y nueva oportunidad”, analizó el impacto de las medidas adoptadas por el Gobierno en el frente financiero y cambiario. Según el documento, la intervención directa en el mercado de divisas, junto con el préstamo contingente para cubrir vencimientos de deuda, logró frenar la corrida que amenazaba con intensificarse en la antesala de las elecciones.
La consultora dirigida por el economista Hernán Lacunza señaló que esta combinación de factores generó “tranquilidad pre-electoral”, lo que permitió descomprimir tensiones y dar previsibilidad al mercado. El respaldo de lo que denomina “la usina infinita de dólares” actuó como un colchón de confianza en un contexto que se encontraba al borde de una espiralización cambiaria.
Oportunidad post-electoral para consolidar la normalización monetaria
De cara al escenario posterior a los comicios, Empiria identificó una oportunidad clave para avanzar con la reforma cambiaria pendiente, lo que implicaría completar el proceso de levantamiento del cepo y permitir una flotación más libre de la moneda. Con mayores recursos y un mejor contexto de respaldo externo, el traspaso a precios sería más acotado, lo que abriría el camino para reconstruir reservas, reducir la tasa de interés y consolidar un régimen monetario convencional.
La consultora advirtió, no obstante, que este esquema no debe confundirse con un proceso de dolarización, sino con una transición hacia un modelo más previsible y sostenible, con instrumentos tradicionales de política monetaria.
Riesgos internos y externos: señales de alerta
En cuanto a los riesgos endógenos, el informe alertó sobre la posibilidad de “confundir necesidad con virtud”, es decir, utilizar el apoyo externo —ya sea el blanqueo, el FMI o el swap— para sostener un esquema insuficiente que no permita acumular reservas propias ni reducir el riesgo país de manera estructural.
En el plano externo, Empiria remarcó que los principales focos de incertidumbre provienen de tres frentes: el resultado electoral, las relaciones con China y Estados Unidos, y las condiciones financieras globales. Un resultado electoral adverso podría desordenar el programa económico y disminuir las chances de avanzar con las reformas estructurales. Asimismo, la consultora no descartó posibles retaliaciones de China por cuestiones geopolíticas o comerciales, y recordó que la ayuda estadounidense puede estar condicionada tanto a la evolución política como a la capacidad de revertir el flujo neto de divisas para fortalecer las reservas del Banco Central.