Se define como canibalismo galáctico al proceso por el cual una galaxia grande, a través de interacciones gravitacionales de marea se fusiona con la compañera, conformando una galaxia mayor y a menudo irregular. En estos días, un grupo de astrónomos logró descubrir el mayor caso de canibalismo de la historia de la Vía Láctea, es decir, la galaxia en la cual se encuentra nuestro sistema solar.
“En todas las galaxias hay estrellas casi tan antiguas como el universo, que se formó hace 13.700 millones de años, y otras más jóvenes. Gracias a estas estrellas fósiles podemos reconstruir la historia de nuestra galaxia”, contó al diario español El País la astrónoma Carme Gallart, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC)
El equipo que lidera Gallart analizó el color y la intensidad de un millón de estrellas en un radio de 6.500 años luz —más de mil billones de kilómetros— cuya distancia a la Tierra fue medida de forma precisa por la misión Gaia, de la Agencia Espacial Europea. Estos "arquélogos astronómicos" se centraron en dos poblaciones de estrellas que están en el halo galáctico, la descomunal esfera que envuelve el disco aplanado de la Vía Láctea. En este halo que orbitan muchas de las estrellas, entre ellas el Sol. En el halo hay dos grupos de estelares, uno conformado por astros azules y brillantes y otro por astros más rojos y tenues. El equipo de Gallart utilizó modelos de evolución estelar para calcular su edad. Las conclusiones de esta investigación permitieron realizar una serie de hallazgos acerca de nuestra galaxia.
Descubren un sistema solar con siete planetas como la Tierra
Hace unos 10 mil millones de años, la Vía Láctea y Gaia-Encélado (una galaxia cuatro veces más pequeña que la nuestra) colisionaron de forma violenta y la primera se tragó a la segunda. Por ello, muchos astros de Gaia-Encélado comenzaron a viajar sin un orden aparente por el halo de la Vía Láctea junto a una población menor de estrellas autóctonas.
“Al principio de la vida del universo estos choques eran muy frecuentes y permitieron que las galaxias fuesen aumentando de tamaño hasta tener dimensiones como las que vemos hoy”, explicó Gallart. Además, explicó: “La Vía Láctea probablemente ha vivido decenas o centenares de fusiones, pero esta es la más grande que se ha detectado nunca”.
Una estrella, un agujero negro, la Vía Láctea y Albert Einstein
Este caso de canibalismo galáctico tuvo efectos beneficiosos. La formación de estrellas en Gaia-Encélado se detuvo por completo tras ser deglutida, pero en la Vía Láctea hubo un resurgir de nuevas estrellas que duró hasta hace unos 6.000 millones de años. Sin embargo, siguieron naciendo nuevos astros. Pero hace unos 4.500 millones de años nació una estrella enana, amarilla, en torno a la que se formaron los ocho planetas del Sistema Solar. En uno de estos planetas, la Tierra, surgió vida por primera vez hace más de 3.000 millones de años.
"Es interesante pensar que las estrellas fósiles que hemos estudiado han tenido el doble de tiempo que nuestro Sistema Solar para formar vida y, posiblemente, seres inteligentes”, concluyó Gallart.
En el universo hay unos 200.000 millones de galaxias donde algo parecido haya pasado ya o esté a punto de ocurrir. De hecho, en algo menos de 10.000 millones de años, nuestra galaxia se fusionará con Andrómeda, otra galaxia gigante cercana.
JPA CP