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¿Alcanza para que Riquelme gane las elecciones?

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Conducción. Como en 2019, las elecciones de Boca y las nacionales están vinculadas. | AFP

¿Ya está con esto? ¿Alcanza o no alcanza? Quiero decir: con Boca finalista de la Libertadores, ¿ya alcanza para que Riquelme gane otra vez las elecciones? La fecha de la votación en Boca siempre es muy cercana a las elecciones nacionales. En 2019, Macri perdió por paliza en las nacionales y el macrismo también perdió en Boca. ¿Estarán ambas elecciones otra vez imbricadas? Hay rumores de que Milei jugaría con Macri también en Boca, y además las elecciones nacionales ya no se disputan entre solo dos grandes coaliciones sino entre tres candidatos (más allá de que dos de ellos tienen tantos puntos en común que no se hace fácil distinguirlos. La propia doble posición de Macri, histeriqueando con uno y apoyando por compromiso a la otra, da cuenta de ello). Pues, a la pregunta del comienzo (¿alcanza con esto?) debería responder: no lo sé. Pero todo parece encaminado. Sin embargo, no siempre alcanza con llegar a una final de Libertadores, si no pregúntenle a Angelici, que más allá de todo casi siempre hizo lo que el hincha de Boca quería, como despedir a Falcioni, sin dudas el mejor técnico que tuvo Boca desde entonces –a quien Riquelme le puso la gente en contra– para traer a un Bianchi al que le fue horrible, por dar solo un ejemplo. Por supuesto perder la final con River, y perder como se perdió (ganando 1 a 0 y luego 2 a 1 en la ida, y 1 a 0 en la vuelta, comerse un gol de River sacando del medio, etc.) no es lo mismo que una eventual derrota contra Fluminense en el Maracaná. Además, el plantel de ese Boca era bastante mejor que este, con lo que es más meritorio lo actual.

Entre tanto, el fútbol. Boca ganó las tres series por penales: empató los seis partidos. Eso ya fue dicho muchas veces, incluso en este mismo espacio. Pero hay que decir, también, dos cosas: mereció ganar en los 180 minutos las tres series. Y, sobre todo, con el cambio de reglamento, vamos hacia muchas más definiciones por penales. Al no valer doble, como antes, los goles de visitante en caso de empate, se llega fácilmente a los penales. Antes, Boca hubiera quedado eliminado contra Nacional de Montevideo (0 a 0 allá, 2 a 2 en la Bombonera: pasaban ellos porque, ante la igualdad, los goles de visitante valían doble). Y sin ir más lejos, con el 1 a 1 en San Pablo, Boca también clasificaba contra Palmeiras. Si se quiere evitar llegar tanto a los penales, o hay que reponer el reglamento anterior, o hay que jugar con tiempo suplementario en caso de igualdad, como va a ocurrir en la final.

A Boca el partido se le hizo sufrido y hasta cuesta arriba por cuatro razones: primero, porque Palmeiras es un buen equipo, que hizo bien los cambios en el segundo tiempo. Segundo, porque Almirón, aunque termine siendo campeón, es un técnico con mentalidad de equipo chico. Sacar a un delantero para poner a un defensor, faltando 35 minutos, es indigno para un equipo como Boca. Lo único que hizo fue agrandarlos a ellos. ¿Qué se propuso Almirón? ¿Defender colgado del travesaño casi todo el segundo tiempo? Tercero, porque el matoncito Rojo otra vez se hizo echar tontamente, como contra River (¡al menos esta vez no fue a los 15 minutos del primer tiempo!). La cuarta razón, obviamente fue Romero.

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