COLUMNISTAS

Clasemediafobia

Los dibujos de la lograda revista Caras y Caretas son espectaculares. En su última edición dedicada a “Las calenturas de la clase media”, dice: “Tomar la cría blanca de una pareja de inmigrantes, macerar un tiempo en esencias europeas, cocinar a fuego lento durante algunos años, condimentarlo a gusto con: talento, soberbia, xenofobia, narcisismo y prejuicio”.

|

Cacerosaurius que desciende de los inmigrantes y el “dream team medio pelo”, entre ellos la siliconada que lleva el $ 1 - US$ 1 en cada teta y la que dijo: “Algo habrán hecho”.

Los dibujos de la lograda revista Caras y Caretas son espectaculares. De su  última edición dedicada a “Las calenturas de la clase media”, dos se reproducen en esta contratapa. En otro dibujo aparece un chef con la receta de la clase media, y dice: “Tomar la cría blanca de una pareja de inmigrantes, macerar un tiempo en esencias europeas, cocinar a fuego lento durante algunos años, condimentarlo a gusto con: talento, soberbia, xenofobia, narcisismo y prejuicio”.
En su texto, la nota explica que “casi toda la clase media vota a partidos de derecha”, a saber: el radicalismo, Macri, López Murphy o Carrió. Se suma la opinión del psicólogo social Alfredo Moffat, para quien la patología más común de la clase media es la neurosis obsesiva: “Es la clase del papel Higienol, de los dentífricos Kolynos, de las ceremonias y de los horarios. Del respeto a los ritos, de las tías y los abuelos, a diferencia de la clase alta, más trasgresora, porque diseña las reglas y puede volver a acomodarlas para sí”. Y el sociólogo Horacio González dice que “su pensamiento (el de la clase media) es a través de espasmos y exabruptos”.
Moffat también agrega que “las clases altas son las que piensan cómo debe organizarse la sociedad y dan las órdenes, las clases populares son las que ejecutan y la clase media se sienta en una silla y transmite las órdenes; es la clase social de los papeles y la burocracia”.
Simplificadamente, al 10% de la población lo constituirían esas clases altas, al 50% las “clases populares que ejecutan”, y el 40% restante sería la clase media. Paralelamente, la clase media se concentra en las grandes ciudades donde el kirchnerismo perdió su última elección, lo que motivó –tras los votos– un sermón de Alberto Fernández.
En los países más desarrollados y con más justicia social, también el 10% es integrado por las clases altas, pero el 70% de la población es de clase media y sólo un 20% se encuentra en diferentes estadios de pobreza.
Con el grado de ironía que cada uno desee: ¿la justicia social no debería desembocar en un país donde la clase media sea la mayoritaria? Si confiamos en que la Argentina será un país con menos pobres, ¿no sería lógico para el partido mayoritario dejar de hacer alianzas con el 10% más rico y tratar de representar también a la clase media, en lugar de despreciarla?