Ya sea para asegurar el futuro de la familia ahorrando en una moneda sólida, crecer en un negocio o emprender internacionalmente en un mercado jurídico y económicamente estable, la visa E abre las puertas de Estados Unidos a ciudadanos argentinos que quieren obtener rentabilidad en dólares viviendo en Argentina o en Estados Unidos.
Y es que es frecuente que muchos emprendedores concreten con éxito la expansión de sus operaciones a Estados Unidos, a través de una visa E1 de Comercio Internacional –hasta el servicio de consultoría a través de emails puede considerarse un intercambio internacional bajo ciertas condiciones– o de una Visa E2 de inversionista, gracias a un tratado existente entre Argentina y Estados Unidos.
La versatilidad de estas visas tiene un propósito y es que Estados Unidos facilita la inversión de extranjeros porque necesita de su fuerza emprendedora para crecer. Según un estudio de Nera Economic Consulting*1, los latinos son responsables del 29% del crecimiento en el ingreso real de Estados Unidos desde 2005 y juegan un papel crítico en la fuerza de trabajo, tanto como empleados y, especialmente, como creadores de trabajo y empresarios.
Entre las principales motivaciones de elegir estas visas se destacan la seguridad personal y económica para la familia y la posibilidad de crecer profesionalmente explorando un mundo diferente.
Los requisitos para ser elegibles es tener la nacionalidad argentina. En el caso de la visa E1 se requiere también asegurar un flujo continuo de intercambio internacional y que más del 50% del volumen se exporte a EE.UU.; en el caso de la visa E2 no existe un monto mínimo de inversión, lo que se requiere es que se invierta un monto como para que el negocio funcione.
Los beneficios de estas visas, que incluyen a la familia entera; esposo(a) e hijos menores de 21 años, son casi iguales a los de una Residencia Permanente. Por ejemplo, entrada ilimitada a los Estados Unidos con la visa (poder regresar a su país de origen tantas veces como desee y continuar la conexión a su país), facilidad de financiación, libertad para iniciar nuevos negocios en nuevas áreas sin restricciones en la industria, acceso a educación que sólo está disponible en los Estados Unidos (como producción de sonido), acceso a una educación pública gratuita para los hijos, entre otras cuestiones.
Finalmente, uno de los principales obstáculos es simplemente el desconocimiento de estas oportunidades ya que hay muchos mitos con respecto a las visas de inversionistas y comercio internacional, y ciertamente es necesario planificar y asesorarse con los profesionales adecuados. La decisión de salir de la zona de confort a ese espacio desconocido que se llama crecimiento es el
primer paso.
*CEO del estudio jurídico Calderaro Tyrrell Law Group.