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El dilema del mediocampo: ¿inglés o brasileño?

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Clásico. Boca y Racing, un partido sin mediocampo. | NA

Al final la fecha de los clásicos cruzados estuvo mucho mejor que la de los clásicos directos. Quiero decir que Boca-Racing e Independiente-River fueron más interesantes que River-Boca e Independiente-Racing. El Boca-Racing tuvo 6 goles y el juego casi no se demoró en mitad de cancha. Un poco como en la Premier League. Antes que me acusen de loco o algo así, estoy diciendo solo eso. No que Boca-Racing tuvo el nivel de un partido del fútbol del campeonato inglés, sino que allí el mediocampo es ante todo una zona de transición rápida, con un fútbol más bien vertical. Guardiola y otros les enseñaron a los ingleses que el pase filtrado, la triangulación y las paredes son parte central del fútbol. Pero eso no hizo que se perdiera la esencia del fútbol inglés que abre rápido la pelota hacia los costados para terminar tirando centros venenosos para la carga de los delanteros. La mezcla, la hibridación entre ambas tradiciones –la del pase corto y preciso y la del centro igualmente preciso– es lo que vuelve tan atractivo al fútbol de la Premier.

Pero volviendo al Boca-Racing, sin dudas uno de los mejores partidos del campeonato, que no hayan casi pasado por el mediocampo, ¿es bueno o malo? No me gustan las preguntas sobre si algo es “bueno o malo”, pero sí puedo decir que los partidos sin mediocampo –reconociendo que, sobre todo si tienen muchos goles, son atractivos y adenalínicos– no me gustan del todo. Son partidos a los que les falta algo. Encantadores, sin dudas, pero igualmente más pobres tácticamente. Cuando veo partidazos como Boca-Racing, no obstante me da ganas de escribir un elogio del mediocampo. De la pausa. O a la inversa, del cambio de ritmo impensado. De la sucesión de toques lentos, casi intrascendentes, hasta que de golpe el mediocampo cambia de ritmo y pone todo el equipo en ataque. No vi a ningún equipo hacer eso mejor que la Selección del 86. El mediocampo entonces es el motor del equipo, es la zona más sofisticada del juego, la más intelectual. Vuelvo a la pregunta: ¿qué partido es mejor? ¿Un 4 a 2 a alta velocidad, con un equipo que estuvo abajo, lo dio vuelta y terminó perdiendo, con goles que van desde golazos, como el primero de Boca y el de Cavani, hasta goles tontos en contra, como el 2-2? ¿O un partido que sale 2 a 0, en donde uno, el ganador, controla ampliamente el juego con su mediocampo, tiene ventaja posicional, domina el partido e impone permanentemente las condiciones a su rival? Uno se llama fútbol inglés, el otro fútbol brasileño (y argentino en sus mejores momentos).

Entre tanto, el campeonato entró en su zona de definición. La tabla de posiciones se parece bastante a los viejos capítulos de Los autos locos, mi dibujito animado favorito: van todos bien juntitos. Tal vez hasta se defina el ingreso al reducido por diferencia de gol, como el año pasado, que entró Rosario Central (que terminó campeón) e Independiente quedó afuera por un par de golcitos. Hasta Boca, que mañana la tiene dificilísima contra Estudiantes, si gana, estaría entrando. Sorpresas te da la vida.

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