Macri lo quiere ministro, la Justicia lo investiga por malversación de fondos

Juan Pablo Piccardo, futuro responsable de Espacio Público y Medio Ambiente del Gobierno porteño de Mauricio Macri, está imputado por el presunto delito de defraudación por administración fraudulenta durante su desempeño como gerente general de la empresa Isenbeck. La causa se tramita en el Juzgado Nacional de Instrucción Penal Nº 47, a cargo de la jueza Mónica Liliana Berdión de Crudo.
Piccardo pertenece al grupo más íntimo del jefe de Gobierno electo, a quien conoce desde el colegio Cardenal Newman, donde compartieron sus estudios.
En una reunión de la mesa chica macrista, alguien deslizó hace unos días que esta seria acusacion por defraudación iba a ser utilizada por la empresa con la idea de presionar a Piccardo.
El ministro designado fue despedido con causa y ante escribano público después de haber ocupado la gerencia general de Isenbeck y de haber sido casi el encargado de fundar la cervecera, la primera del grupo Warsteiner fuera de Alemania. En ese encuentro informal, José Torello, tal vez junto a Nicolás Caputo, uno de los mayores amigos de Macri, dijo que no se preocuparan, que tenían todo bajo control y que se trataba “ sólo de una interna empresarial” con las nuevas autoridades.
El denunciante es precisamente Hernán Pflaum, nuevo gerente general y vicepresidente de Isenbeck que se siente damnificada por el accionar de Piccardo, quien piloteó casi todas las operaciones más complejas de la empresa.
Pese al secreto del sumario, PERFIL pudo establecer que la defraudación por la que es acusado sería por “una suma varias veces millonaria”. Y que las presuntas irregularidades fueron descubiertas por una auditoría realizada por KPMG, una consultora de gran prestigio internacional en la que Pflaum llegó a ser vicepresidente después de haber participado como socio fundador.

Hasta seis años. Piccardo quedará en la picota a partir de esta revelación. Su situación legal y política es complicada. Según el Codigo Penal, está acusado de un delito de acción pública que tiene penas de entre un mes y seis años, es decir que puede ser excarcelable o no según lo resuelva el magistrado a cargo de la causa. Su debut como funcionario enfrenta oscuros nubarrones: a Macri le costará mucho mantener en un cargo con tanta responsabilidad y manejo de fondos públicos a alguien que debe afrontar semejante situación.
Juan Pablo Piccardo fue medio apertura de Hindú Club y de Los Pumas, y uno de los que se mostró más satisfecho –por razones obvias– cuando el ingeniero Macri, al final de una reunión de los principales funcionarios de su futuro gobierno que bautizaron como “retiro espiritual”, los arengó instándolos a imitar el ejemplo de los aguerridos muchachos de Marcelo Loffreda. “¿Vieron lo que pudo hacer un equipo con unión y mística? Tenemos que demostrar que se puede: no me fallen”, dijo Macri en su discurso de cierre.
Piccardo jugaba en el mismo puesto que Agustín Pichot y días antes de saber que iba a pasar por este mal momento que hace tambalear su designación como ministro expuso su plan ante los diputados de la Ciudad en el marco del tratamiento del proyecto de presupuesto 2008.
Piccardo dijo que su gestión iba a apuntar al “respeto de cada uno por lo que es de todos” y que iba a estar apoyada sobre cuatro pilares: “La protección ambiental, inversión en infraestructura y ordenamiento del espacio público y la higiene urbana y la recolección de residuos”. El negocio y los contratos de la basura, precisamente, son uno de los temas más delicados y que más control van a despertar por parte de los opositores.
El expediente de 14 fojas que no deja dormir a Piccardo fue ratificado y el fiscal Juan Manuel Sansone –el mismo del Caso Cromañón– pidió que se instruya el sumario, cosa que está ocurriendo en estos momentos a 16 días de que Piccardo asuma como ministro.
Ayer, Piccardo se presentó en el juzgado junto a su abogado, el penalista Martín García Santillán. También está imputado Gustavo Adolfo Moller Herg Arce, quien fue presidente de Warsteiner Brawerei KG y de Isenbeck Argentina en su momento.

Gabinete difícil. No es la primera vez que Macri tiene problemas con los integrantes que designó para su gabinete. El caso más caricaturesco fue el de Luis Rodríguez Felder, el nonato responsable de Cultura que, entre otras ridiculeces, presentó un currículum que no resistía el análisis de un gerente de recursos humanos de una humilde Pyme del interior.
El caso más preocupante hasta ahora, sin embargo, era el del ex juez Federico Young, quien reveló en un acto público sus cercanías ideológicas con María Cecilia Pando y otros energúmenos que aún defienden a la dictadura militar y niegan los crímenes de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de estado. Ocurrió hace algunos meses. No se trata de un pecado de juventud.
Tampoco se trata, claro, de aplicarle el discriminador dicho de “dime con quién andas y te diré quién eres”, pero Young va a estar al frente de la Agencia de Control Comunal. Y si va a decidir sobre habilitaciones y transparencia, debería empezar por respetar las decisiones de la Justicia argentina.
Seguramente, la situación de Juan Pablo Piccardo se ha modificado. No sería un buen comienzo para un ministro que deba rendir cuentas ante la Justicia por un presunto delito tan delicado. Eso sera material de análisis de los dirigentes del PRO.
Nobleza obliga. También hay que decir que Piccardo timoneó Isenbeck desde cero, cuando compró el terreno de 50 hectáreas en Zárate. Fue el responsable de la compra de las bodegas Orfila en US$ 10 millones, cosa que hicieron con el dinero de su propia caja y sin pedir créditos.
Macri, que superó el 60% de los votos en el ballottage de junio, se definió así a quienes lo acompañarán en el gobierno: “Son el mejor equipo desde la época de Frondizi, tiene audacia en la gestion y ética transformadora”.
Parece una mueca del destino. Piccardo, en un reportaje que concedió mientras estaba en la actividad privada, dijo: “No me cierra la política sucia”. Y, consultado por cuál podría ser el error más fatal para un numero uno empresarial, contestó : “La falta de transparencia y confianza. Nunca me permitiría el engaño en la gestión”.