Nos encontramos en un momento del desarrollo humano en el que nuestra capacidad de adaptación es constantemente desafiada. Cuando creemos que una nueva tecnología ha dado vuelta la página en la historia, nos vemos sacudidos por otro avance que supera al anterior.
Las tecnologías exponenciales, aquellas que están transformando las industrias y todos los aspectos de la vida cotidiana a ritmo acelerado, sin dudas forman parte de este nuevo escenario en permanente evolución. Abarcan desde la inteligencia artificial –utilizada por Netflix en sus sistemas de recomendación, por ejemplo–, la realidad virtual, realidad aumentada, biotecnología, nanotecnología, robótica, hasta los vehículos autónomos, que ya están siendo testeados en distintas partes del mundo.
¿Qué tienen en común estos avances? Para que una tecnología sea considerada exponencial debe duplicar su poder o velocidad cada año y/o reducir a la mitad su costo. El poder de cómputo es un ejemplo: según la ley de Moore, el número de transistores por pulgada cuadrada en circuitos integrados se ha duplicado cada 18 meses.
Estos avances nos dan la posibilidad de desarrollar soluciones sostenibles para los problemas más apremiantes del planeta. Sin embargo, los seres humanos no estamos listos para procesar el potencial de estos desarrollos ya que nuestra intuición nos lleva a predecir los cambios que veremos en el futuro basados en la magnitud de los cambios del pasado. El impacto de las tecnologías exponenciales nada tiene que ver con los avances que ya hemos visto a lo largo de la historia. Al principio es difícil identificar su poder pero luego de una primera etapa el impacto se acelera hasta transformar completamente las industrias y la vida cotidiana de millones de personas.
Para que las tecnologías exponenciales ofrezcan nuevas oportunidades es necesario acompañarlas con un nuevo paradigma. Tendemos a pensar que el nivel de cambio y transformación es constante, y esto es consecuencia de un pensamiento lineal. Para dar pie a todo el potencial de estas tecnologías hay que pensar exponencialmente, entender el impacto potencial de estos cambios para descubrir nuevas oportunidades y construir soluciones innovadoras y sostenibles.
Existen problemas de escala planetaria, muchos de ellos presentes en nuestro país, que crecen exponencialmente al mismo ritmo que las tecnologías que pueden resolverlos. Quienes ven en este fenómeno una oportunidad de mejora sostienen que no hay ningún problema que no se pueda resolver utilizándolas de manera complementaria. Estas combinaciones darán respuestas a los grandes desafìos como la contaminación del medioambiente, la escasez de alimentos y recursos naturales, la generación de energía, la educación para la población mundial, entre otros.
Todo esto puede sonar como algo lejano e inalcanzable, pero no lo es. Emprendedores argentinos trabajan con tecnologías exponenciales. MIRAI 3D, por ejemplo, es un emprendimiento de ingeniería biomédica que desarrolla soluciones innovadoras para la salud basadas en la combinacón de impresión 3D y materiales avanzados. Mindcotine es una empresa de origen cordobés que utiliza realidad virtual combinada con mindfulness para ayudar a los usuarios a dejar de fumar.
Estas tecnologías poderosas crecen y evolucionan a escalas impensadas. Depende de todos nosotros adoptar un nuevo paradigma que guíe y acompañe estas nuevas iniciativas para que impacten positivamente en millones de personas.
*CEO de Wolox.
