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Córdoba apoya, pero se suman las provincias que no quieren firmar el Pacto de Mayo

Hasta ahora hay cinco distritos, por lo menos, que rechazan esa iniciativa de Milei: Buenos Aires, Formosa, La Rioja, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Podrían sumarse otras.

llaryora14-04-2024
Desde El Panal aseguran que Llaryora acompaña las iniciativas de la Casa Rosada. | PRENSA GOBIERNO

Una de cal y otra de arena recibió el gobierno del presidente Javier Milei en los últimos días, cuando sus operadores políticos le informaron que el oficialismo tiene los votos para darle media sanción a la ley Bases en la Cámara de Diputados, con unos 140 votos de los 129 requeridos para lograr ganar una votación. Después, el Senado es más difícil para el oficialismo, pero los libertarios creen que también conseguirán imponer su postura y la iniciativa será finalmente aprobada.

Hasta ahí la buena noticia. La otra está vinculada al Pacto de Mayo previsto para el 25 del mes próximo en esta provincia. “Tambalea”, fue la palabra utilizada por dos fuentes de La Libertad Avanza. El tema es que hay provincias que ya aseguraron o dieron a entender que no se sumarán.

El listado de los que no están dispuestos a firmar ese pacto es encabezado por Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires, a quien seguramente se le sumarán La Rioja, Tierra del Fuego, Formosa y Santiago del Estero. Pero podrían sumarse algunos otros distritos, especialmente de la Patagonia. “Una cosa es firmar con 21/22 provincias y otra muy distinta es tener solamente 15”, remarcó uno de los voceros consultados. Por esa razón, se profundizarán las negociaciones y el Gobierno tratará de sumar soldados a su causa.

Córdoba cambió su postura y avala todo. El peronismo de Córdoba tiene cinco diputados nacionales, de los cuales cuatro votarán a favor de la ley Bases. La única voz disidente será la de Natalia de la Sota, quien cada día que pasa está más cerca del massismo o, en su defecto, del kirchnerismo.

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Obviamente, como provincia anfitriona del Pacto, el gobernador Martín Llaryora será uno de los firmantes de ese acuerdo, al que Milei quería darle características históricas aunque ahora, con el correr de las jornadas, no está seguro ni nada que se le parezca.

El cambio de postura del gobernador tiene que ver con la necesidad de fondos para equilibrar el déficit de la Caja de Jubilaciones, como ya fue dicho en repetidas ocasiones. Pero la administración provincial también debe afrontar un compromiso importante: el pago de dos cuotas de la deuda contraída por el exgobernador Schiaretti, que avivó la interna peronista. 

Esa deuda genera algunas molestias entre referentes llaryoristas, quienes mascullan que “es una mochila”. Sin embargo, desde el schiarettismo replican que Llaryora no sería gobernador si su antecesor no hubiera hecho la obra pública que hacía falta. “Bueno, para eso se tomó dinero prestado… La gente apoyó y siguió votando al peronismo, ¿no?”, comentó un compañero de ruta del exmandatario provincial.

También están las encuestas que unos y otros miran con detenimiento. Aunque se redujo algunos puntos en las últimas semanas, Llaryora sabe perfectamente que Milei sigue teniendo amplia adhesión en la provincia. Por eso no quiere romper filas y se mantiene cauto y manifestando su apoyo. 

“El gobernador también cayó y eso se debe a problemas de gestión pero también a la manifestación del Presidente cuando lo trató de traidor”, razonan referentes locales de La Libertad Avanza, al recordar los días de duro enfrentamiento entre el jefe del Ejecutivo Nacional y el mandatario cordobés.

La carrera de 2025. Con buenas y malas, lo cierto es que la sociedad entre Llaryora y Schiaretti sigue en pie y no hay nada que haga presagiar cambios importantes. El gobernador anhela que su antecesor acepte ser primer candidato a diputado nacional en los comicios del año próximo.

En su círculo de confianza, el exgobernador ya ha dicho que sólo se pondría otra vez el traje de candidato si la actual gestión está “más o menos bien”, según manifestaron fuentes peronistas. Los informantes están convencidos de que Schiaretti piensa también en 2027, cuando no descarta presentarse para intentar un cuarto período como gobernador. Para eso falta mucho pero deberá, primero, cerrar un acuerdo de fondo y a largo plazo con Llaryora, quien en ese caso podría postularse a la presidencia de la República. Obviamente, se trata de especulaciones con base en la realidad que dejan traslucir los propios actores de la política vernácula.

De todo esto se puede inferir que no sería extraño que en las legislativas de 2025 Schiaretti y el senador Luis Juez vuelvan a verse las caras.

El titular del Frente Cívico hoy está en gran relación política con Milei y con la vicepresidenta Victoria Villarruel; sobran las fotos y los comentarios en redes sociales. Sin embargo, algunas voces calificadas en el juecismo cordobés se preguntan: “¿Hasta cuándo durará? Lo dicen argumentando que las personalidades de ambos son contradictorias y no habría que sorprenderse que la buena onda llegue a su fin. A Juez también le sirve ser candidato de un frente integrado por La Libertad Avanza, porque, de paso, le pone límites al diputado nacional Rodrigo de Loredo, su todavía socio político.

En el Centro Cívico manifiestan que si Juez es candidato, De Loredo también tendrá que serlo y encabezar la lista de la UCR o de la alianza que el centenario partido integre. “Eso indica que se partirá la oposición y esa situación siempre beneficia a los oficialismos”, se ufanan los miembros del cordobesismo.

Lo cierto es que si Juez deja el Senado para ser candidato a diputado nacional en 2025, lo hará con el propósito de volver a intentar, por cuarta vez, ser gobernador. Tiene la espina clavada desde 2007, cuando perdió con Schiaretti en una pulseada electoral que dejó tela para cortar. Mucha.