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LIBROS EN CRISIS

Córdoba: estado crítico de las bibliotecas populares por la demora de los subsidios

Hay más de 140 archivos de lectura en la provincia pero sólo un tercio cobra el subsidio de la Agencia Córdoba Cultura. Por las deudas, en mayo pasado cerró la Biblioteca Popular y Centro Juvenil Malvinas Argentinas de barrio Ameghino Sur.

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Denuncian que la histórica biblioteca tiene goteras. | CEDOC

Cientos de voluntarios y socios sostienen, como pueden, a las bibliotecas populares desparramadas en la provincia de Córdoba, muchas de las cuales reciben módicos o demorados aportes del Estado municipal, provincial o nacional. Algunas se han reconvertido en espacios para actividades artísticas y otras atraviesan el proceso de desintegración por las deudas o por no poder cumplimentar con los requisitos legales para su conformación.

Pero todas las bibliotecas están en estado crítico”, indicó Amalio Bertapelle, presidente de la Federación de Bibliotecas Populares de Córdoba (FEBIPO), a PERFIL CÓRDOBA.

Después de acumular deudas durante un año, el pasado 3 de mayo cerró una biblioteca que funcionó en barrio Ameghino Sur durante 40 años. Desde 1994 alquilaban un garaje a un vecino en la calle Bernardo Houssay al 2000 y allí ofrecían un espacio para los libros.

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En diálogo con este medio, todavía con el dolor a cuestas por este adiós, Teresa Barrionuevo, última presidenta de la comisión de la Biblioteca Popular y Centro Juvenil Malvinas Argentinas, contó que los voluntarios tuvieron que pagar la deuda por el alquiler de la cochera.

“Teníamos 11 mil libros y los subsidios que recibíamos apenas nos permitía abrirla. Fuimos a pedir ayuda al Concejo Deliberante de Córdoba pero luego nunca tuvimos eco de nadie. No tuvimos otra opción que cerrar y afrontar la deuda nosotros”, relató.

Una biblioteca histórica, con goteras

En barrio General Paz de la capital provincial, frente a la plaza Alberdi, funciona desde hace 114 años la Biblioteca Popular Vélez Sarsfield. Durante las últimas vacaciones de invierno exhibió en su enorme puerta de madera un cartel amarillo con un claro mensaje.

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Nos gotea el techo y no nos están dando ni un centavo. Estamos sobreviviendo por la ayuda de los vecinos. Sería terrible perder un lugar como este con tanta historia”, contó Miriam, la bibliotecaria voluntaria que atiende al público, pero también quien limpia el lugar porque no pueden pagar un servicio de limpieza.

Desde la Agencia Córdoba Cultura indicaron a PERFIL CÓRDOBA que la biblioteca no recibió el aporte provincial porque no cumplió con los requisitos establecidos por ley. Al día de la fecha siguen figurando como irregulares, deben renovar autoridades y adeudan los estados contables de los períodos 2021 y 2022, agregaron.

Rosa Amaya, la presidenta por asumir en la comisión de la biblioteca, confirmó que la condición legal de la institución es irregular por “la falta de fondos que no nos permite hacer las asambleas, ni pagar los costos de contadores para la realización de los balances, que son los requisitos formales que exige la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas”.

Problemática provincial

FEBIPO contabiliza 140 bibliotecas populares dispersas en el territorio provincial, aunque aseguran que hay varias más en condiciones informales. Su presidente Amalio Bertapelle contó que “la situación terminal” de las bibliotecas populares en Córdoba “se venía vislumbrando desde antes de la pandemia”.  

“En 2019 ya estaba en riesgo la sostenibilidad de varias y, con la emergencia sanitaria, se profundizó porque estuvieron cerradas. Se dejaron de percibir las cuotas y la deuda por los servicios básicos se siguieron generando, y fue todavía más difícil para las bibliotecas que tenían algún empleado formal”, sintetizó.

La grave situación económica obligó a que cuatro espacios de lectura tuvieran que cerrar, incluido el de barrio Ameghino Sur en Córdoba capital. “No hubo reacción de los gobiernos municipales, ni del Gobierno provincial para que eso no ocurriera”.

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En el año 2008, Córdoba Cultura puso en marcha Córdoba Lee, un programa económico destinado a todas las bibliotecas populares de la provincia de Córdoba, siempre que se encuentren homologadas por las disposiciones legales y estatutarias que regula la Inspección de Personas Jurídicas.

En ese marco, en el año 2021 el ente autárquico gubernamental entregó subsidios por $50.000 a cada biblioteca que cumplimentó con los requisitos. El monto se duplicó a $100.000 en el 2022, pero de 140 bibliotecas de la provincia sólo cobraron 44 y el desembolso se efectuó en diferentes momentos del primer semestre de este año, indicaron desde FEBIPO.

Desde la Agencia informaron que en 2022 se inscribieron 77 bibliotecas populares, de las cuales 39 accedieron al aporte económico. De las 38 que no recibieron el subsidio, 11 adeudaban rendiciones de cuentas y 27 tenían personería jurídica pero obligaciones legales no cumplidas.

Una vieja ley que no se aplica

La Ley provincial 8.016 que establece normas para el funcionamiento de las bibliotecas populares en Córdoba fue aprobada en noviembre de 1990 y recién reglamentada en abril de 1995.

La norma instaura un fondo especial provincial para financiar a los centros de lectura, a la vez que crea una Comisión Provincial de Bibliotecas Populares para programar, asesorar, consensuar criterios y actividades. Sin embargo, “los artículos de esa ley no se cumplen”, cuestionó Bertapelle.

“Proponemos que se active la Comisión que establece la ley y algunas reformas que incluyan artículos que protejan las bibliotecas populares. Aspiramos a la inembargabilidad y la cobertura de servicios como tienen las escuelas. Deberían tener el mismo tratamiento”, explicó.

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Fondos para sostener la lectura

Sólo el 50% de los municipios donde funcionan las bibliotecas populares les aportan a estas instituciones subsidios, publicó Sergio Tonarelli, presidente de la biblioteca José H. Porto de Carlos Paz, en el medio local La Jornada.

Eso ocurre en Corral de Bustos, cuya municipalidad sostiene la biblioteca pública municipal popular Dr. Ermes Desio. Pero no llegan a ser diez las localidades que hacen este tipo de aportes.

Por su parte la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP), un organismo federal que depende del Ministerio de Cultura, “sólo otorgó en este 2023 los fondos para gastos anuales a un 20% de las instituciones cordobesas, ya que lo hace por etapas”, apuntó Tonarelli.

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“Sólo reciben el dinero las que están al día con la rendición de subsidios anteriores y con el mandato de sus autoridades. Se estima que entre agosto y setiembre cobrarán las restantes. Están en condiciones de percibir esta ayuda económica federal de unos 600 mil pesos anuales, un total de 88 entidades”, indicó.

El sostenimiento de la vida de las bibliotecas populares está en juego por estos días. “Si no hubieran existido esos subsidios de Conabip, hubieran cerrado unas cuantas más en Córdoba. Es lamentable que tengamos que destacar más el aporte nacional que el provincial”, reprochó Bertapelle.