El exfuncionario mestrista Mario Rey fue absuelto por la Cámara 4a del Crimen integrada con jurados populares. La decisión fue unánime y alcanzó también a sus excolaboradores en la gestión, Alejandro Rezk y Guillermo Medina.
Llegaron acusados por tentativa de extorsión por parte de una empresa que cubrió objetivos de seguridad en la gestión municipal de Daniel Giacomino y que siguió luego por unos meses, a partir de diciembre de 2011 en la intendencia de Ramón Javier Mestre. Según los denunciantes les habían exigido incorporar como personal de la firma a militantes del radicalismo que trabajaron en la campaña. Centinela, otra de las empresas, habló de “gestos de buena voluntad”; pero dos testigos desmintieron que les hayan exigido dinero o que ese gesto hubiera significado pagar un soborno.
Los jueces y jurados deliberaron durante cinco horas. Comenzaron a media mañana y poco después de las 15 dieron a conocer el veredicto absolutorio. El 5 de diciembre se publicarán los fundamentos.

Duda insuperable
El análisis del caso se basó en prueba documental contrastada con los testimonios que se escucharon en la audiencia. Hay que recordar que para que exista condena, es necesaria certeza sobre la existencia de los hechos. En este caso, pareciera haber predominado la duda.
Al concluir el juicio, Rey dio rienda suelta a las palabras a modo de desahogo después de casi una década y media de proceso. Es un punto que la Justicia deberá analizar, cuánto tiempo insume un proceso judicial aún con incidentes de las partes.
El desahogo después del silencio
“14 años esperé este momento, tengo 54 años y pasé un cuarto de mi vida personal, profesional, afectiva atravesado por un puñal”, señaló refiriéndose al proceso que lo tuvo como imputado.
“Se terminó una farsa”, sostuvo al señalar que no se pudo probar que hubo plata, extorsión y que se fue de la función pública “sabiendo que éramos inocentes”.

Tuvo fuertes expresiones hacia la abogada querellante, Karina Zeverín. Anunció que la demandará judicialmente. “Hay enorme responsabilidad de la chicana jurídica de la colega, iniciaré acciones porque ella agravió a mi familia”, sostuvo y anticipó que lo que obtenga de ese eventual juicio “irá al Hospital Infantil, el mismo lugar donde Escribano (el denunciante ya fallecido) mandaba menores a trabajar y los explotaba laboralmente”.
“Estuvimos acá porque no aceptamos coimas, las reglas de juego de una empresa corrupta”, contraatacó.
A la consulta sobre si este proceso terminó con su carrera política afirmó: “Ahora soy libre de volver a ejercer mi pasión, a lo mejor vuelvo para descubrir a los que hicieron política con esta causa”.
Sobre el fiscal Marcelo Hidalgo, quien sostuvo la acusación y pidió una condena efectiva, lo tildó de “mediocre”. “¿Estamos hablando del fiscal que metió en cana a un perejil, como Gastón Zárate?” se preguntó Rey tomando como eje discursivo el caso Nora Dalmasso, reactualizado por el inicio del proceso de jury a tres fiscales de Instrucción de Río Cuarto.
Por último arremetió: “Fue por unanimidad ¿ahora de qué se van a disfrazar?.