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CóRDOBA
RÍO CUARTO

El resurgimiento de “La Militante” junto a Nazario, un dolor de cabeza de Llaryora

La agrupación delasotista acompaña a la exdiputada como candidata a intendente en las elecciones del 23 de junio. Desde El Panal no lograron convencer a Nazario de acordar y el “fantasma” de La Calera ya sobrevuela los comicios que se producirán a mitad de año.

27-4-2024-La Militante
. | CEDOC PERFIL

Desde su surgimiento se desplegó por más de 300 localidades en la provincia y supo ser el brazo juvenil de José Manuel De La Sota. “La Militante” cuenta con más de 400 dirigentes distribuidos por Córdoba, muchos de los cuales se desempeñan como intendentes, concejales y funcionarios en diferentes administraciones. En las elecciones por la intendencia de Río Cuarto jugarán un pleno por Adriana Nazario, una de las principales impulsoras del movimiento.

Pero en el mismo momento en el que unos arman, otros están incómodos. Martín Llaryora, cada vez que visita a los funcionarios sureños llevando obras y anuncios, esquiva el apoyo explícito al candidato del actual intendente Juan Manuel Llamosas. Por el contrario, desliza la intención de consensuar una única candidatura por el peronismo. Parece tarde.

Nombres como los de Edgar Bruno, el legislador Franco Miranda o la ex legisladora Tania Kyshakevych aprendieron junto al exgobernador De la Sota a moverse por la pecera de la política en “La Militante”. En su momento, fue el contrapeso local a “La Cámpora”, que buscaba ocupar espacios en la provincia mediterránea. Surgieron durante el 2008 para trabajar en la vuelta de “José Manuel” y ahora se movilizarán para coronar un intendente de su “palo” en el Imperio del Sur, indican haciendo alusión al nombre de la alianza que eligió Nazario.

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Cuando en El Panal se enteraron que Llamosas no había podido llegar a un acuerdo con la expareja del fallecido exgobernador sabían que estaban entrando en zona de tormenta. Un dato interesante es el apoyo de Nazario al actual intendente en el pasado. Fue la exministra quien impulsó al dirigente frente a otras alternativas que se barajaban. Incluso, algunos hasta se animan a decir que fue casi un capricho que se terminó definiendo puertas adentro, en una discusión de pareja entre Nazario y De La Sota. “Lo de Llamosas es un poco egoísta, ya que debería devolver gentilezas y haber apoyado a Adriana”, le reclaman algunos dirigentes locales.

En la última votación para gobernador, que llevó a Llaryora al sillón principal de El Panal, Llamosas fue el candidato a legislador provincial en la lista de Hacemos Unidos por Córdoba y perdió su departamento por 9 mil votos. Primer resultado adverso. No es un dato más, sostienen los opositores. Se podría leer como un primer indicador del apoyo y presencia que tiene el “hombre más fuerte” del PJ en Río Cuarto.

Nazario, la rebelde
Adriana Nazario nunca se caracterizó por ser una dirigente que se alinee o encolumne detrás de las decisiones de referentes políticos. En público se la ve siempre con su habitual pose de serenidad y habla de manera pausada. Es muy raro que levane el tono de voz. Sin embargo, detrás de ese perfil hay una mujer que tiene voz propia y pelea fuerte por sus convicciones. En tiempos donde se requiere de mucha cintura y extremos cuidados en las posiciones personales y partidarias, la exdiputada “no cuadra”. “Va siempre de frente, no se guarda nada y no es políticamente correcta”, la definen allegados y referentes de la oposición.

De allí la resistencia a conformar un acuerdo con el gobierno de Córdoba. “Hay que buscar la unidad”, sigue reclamando en tiempo de descuento Llaryora en sus visitas para impulsar a Guillermo De Rivas. “La decisión de ir con el jefe de gobierno fue de Llamosas, no nuestra”, se atajan desde El Panal, quienes se resignan a empezar a trabajar fuerte en la campaña masticando descontento. Es una inacógnita saber si pondrán manos a la obra para evitar que gane Nazario o para que el oficialismo conserve el control del Palacio Mójica.

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Voraz consumidor de encuentras, los hombres que rodean al gobernador saben que necesitarán mucho más que grandes carteles y anuncios. “De Rivas inició la campaña hace un tiempo y todavía está debajo de Adriana, que recién esta semana anunció su candidatura”, remarcan desde un bunker aliado. En paralelo, muestran dos fotos de la misma terraza de una vivienda: “la primera es del cartel que estaba alquilado en la casa de (Agustín) Calleri. A las horas de ponerse lo hicieron sacar”, describen.

El peso de “La Militante”
Llaryora conoce a “La Militante”: ya sintió cómo se mueven cuando se encolumnan detrás de una candidatura. Durante su campaña, fue bendecido por este grupo de dirigentes (hoy sub-50) pero con un alto poder de convocatoria de jóvenes. Con su poder de fuego concentrado en San Justo, al gobernador no le tienen que recordar el peso que tiene Río Cuarto. Mucho menos que el acto del 23 de junio será la única elección del año en la provincia.

Río Cuarto es la segunda ciudad en importancia en la provincia. Pese al mal momento económico que atraviesa toda la gestión pública, los números se irán acomodando y aparecerá el dinero para la campaña. En el municipio se requerirá de muchos espacios para llenar si hay un cambio de gobierno, por más que sea del mismo justicialismo. Entrarán, en gran parte, los dirigentes de “La Militante”. “El cordobesismo tiene la provincia y la Municipalidad de Córdoba y no termina de ‘cumplir con los compañeros que pusieron el lomo en la campaña’, Adriana es diferente”, acentúa un representante de uno de los partidos que firmaron la alianza.

Desde el sur se puede comenzar a gestar una oposición a Llaryora. El gobernador buscará desarticularlo, ya sus espadas intentaron que la candidata dé un paso al costado y no lo logró. Ahora comienza la pelea y sostienen que Nazario sólo cuenta con recursos propios y planteará una campaña austera ¿Podrá el aparato provincial hacerle frente? La duda ocupa muchas charlas en El Panal. Ya pasaron varias malas experiencias. La Calera todavía es una herida sin cicatrizar.