El viernes a las 15 Martín Llaryora estará nuevamente en la ciudad de Buenos Aires. Es uno de los gobernadores que asistirá a la convocatoria que se planteó desde el gobierno nacional. Por ahora, todo indicaría que sería una sola reunión con los mandatarios en Casa Rosada, al igual que lo sucedido el pasado 9 de enero.
Las dudas surgen por las idas y vueltas en las declaraciones de los funcionarios nacionales. Por un lado, Guillermo Francos anunció que habría mas de una junta con gobernadores; por su lado, desde el Ejecutivo se confirmó que finalmente habrá una única cumbre, este viernes a las 15.
La especulación se dio al conocerse la ausencia de los gobernadores Marcelo Orrego y Alfredo Cornejo, de San Juan y de Mendoza que se encuentran con agenda en el exterior. Ambos viajaron a Canadá para participar de una feria minera. Esto originó de excusa para plantear la necesidad de una convocatoria dividida. Seguramente irán los vicegobernadores.
Aun con pocos detalles, se baraja la idea que Milei envíe a sus delegados que serían el mismo Francos y el jefe de Gabinete Nicolás Posse, una manera de comenzar a debatir y blindar un futuro acuerdos. Ya Luis Caputo, el ministro de Economía quedó descartado porque participará de la asamblea anual del BID.
Llaryora reconoció que no es necesario que esté el presidente y en su participación en la Bolsa de Comercio de Córdoba aclaró que él “no se junta con todos los intendentes, sino que lo hacen sus ministros, para tamizar los acuerdos y luego aparece el gobernador para sellar”.
“Pero ojo, que hay que acordar sino comenzará a accionar el Parlamento, en un momento le ordena al Ejecutivo a hacer cosas. Y si llega a los dos tercios no las podes vetar”, alertó.
Reiteró sus urgencias en acercar las partes y sacar “la ley para parar esta recesión”. “Llamar y convocar al diálogo es un gesto de humildad”, expreso el mandatario. Quien comentó que ya comenzaron algunas reuniones entre los ministros, pero pidió que todo se acelere porque “en recesión el tiempo es dolor para la gente”.
Quien ya confirmó que no asistirá fue el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. “Arranquen si no llego”, sostuvo el bonaerense.
Francos le contestó y hasta sugirió que podría el ex ministro de Economía de Cristina Kirchner podía quedarse afuera de la reunión. “Las canchereadas están fuera de lugar. Todavía nadie lo invitó. Si se pone en esa posición, difícil invitarlo", señaló el ministro en declaraciones a LN +, a pesar que en Expo Agro -por la mañana- había dicho que esperaba "contar con la presencia de Kicillof".
En la Casa Rosada reiteraron que todos los gobernadores serían convocados a la reunión del viernes. En los pasillos de la casa de gobierno se habla de un lote de entre 14 y 17 gobernadores que estarían dispuestos a apoyar el núcleo de reformas propuestas en la Ley Ómnibus: reforma de cálculo previsional, la reforma laboral, la desregulación hidrocarburífera y de minería, un régimen especial para grandes inversiones, la esencialidad de la Educación y la delegación de facultades al Presidente y el avance de privatizaciones.
“Hay una predisposición muy marcada de los gobernadores de tratar de avanzar hacia este acuerdo, hacia este Pacto de Mayo que propone el Presidente”, reiteró Francos.
Ganancias y el deseo de los gobernadores
La falta de fondos a las provincias alcanza niveles que ningún mandatario calculó ni en sus peores proyecciones. A la baja de la recaudación propia, se suma la baja en la coparticipación naciona, el recorte al 100% en muchas provincias de los fondos extraordinarios y la extirpación de los subsidios o fondos docentes. El ministro del Interior avisó que el Gobierno está a dispuesto a impulsar una baja del mínimo no imponible en la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, pero en el Gabinete esperan que el costo político lo paguen los gobernadores.
“Hay un montón de fondos que no acreditan y ningún funcionario firma para que no lo envíen por temor a los juicios”, destacó Llaryora. El gobernador de Córdoba adelantó que una alternativa para recuperar recursos que hoy pagan 800 mil personas es ponerlo en “un piso alto o vincularlo al monto de los alquileres“. Otra alternativa es ponerlo fijo y que la inflación lo vaya liquando, pero “no poner un piso de 800 mil pesos”, un valor que le afecte mínimamente a los trabajadores.
