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Osvaldo Buraschi fue uno de los cordobeses que jugó contra Bobby Fischer el 21 de noviembre de 1971 en el Teatro San Martín. Relato de un empate inolvidable.

Osvaldo Buraschi
PATEÓ EL TABLERO. Buraschi y el recuerdo de su partida con Fischer: “Fue muy disputada y quedó en tablas, aunque el resultado es anecdótico”. | Fino Pizarro

“Éste no tiene ni un empate”, suele decirse para señalar a alguien por su falta de méritos o logros. No es el caso de Osvaldo Buraschi, quien en casi seis décadas como ajedrecista atesora no pocos pergaminos y una igualdad que cuenta como una victoria: ni más ni menos que ante el excampeón mundial Robert “Bobby” Fischer, considerado un genio de las 64 casillas.

Fue el 21 de noviembre de 1971, en el Teatro San Martín, cuando Buraschi compartió escenario con uno de sus ídolos de juventud. “Lo tenía en ese concepto antes de jugar con él y mucho más luego de aquella partida”, dice.  Y rememora: “Hubo mucha gente y cada jugador tenía su propia barra”.

El estadounidense venía de ganar en Buenos Aires la final del Torneo de Candidatos ante el soviético de origen armenio Tigran Petrosian, logro que lo convirtió en desafiante del campeón del mundo Boris Spassky, también oriundo de la ex URSS.

“Luego de ese match, Fischer dio una vuelta muy grande por Argentina jugando simultáneas”, recuerda el contador público, actualmente jubilado, que fue uno de los 20 seleccionados para enfrentar al ajedrecista del momento en un evento que alteró el ritmo de la ciudad.

Diario Córdoba 21/11/1971ACONTECIMIENTO. La visita de Fischer reflejada en las páginas del diario CÓRDOBA.

“Yo era jugador de primera categoría y había ganado algunos torneos importantes, pero no todavía en mayores. Estaba en la plenitud de mi juego”, apunta Buraschi.

“Fischer era un jugador de una fuerza extraordinaria, muy superior a cualquier otro gran maestro de aquella época, lo que quedó demostrado al año siguiente cuando le ganó el título a Spassky”, afirma el excampeón cordobés. “Sabíamos de su potencial, seguíamos sus partidas y sobre todo estábamos al tanto de sus variantes de apertura. Pero después Fischer te sorprendía rápidamente”, añade.

Magnético e irrepetible

Al recordar aquella jornada histórica para el ajedrez de Córdoba, de la que se cumple medio siglo, Buraschi destaca “la sensación de estar frente a Fischer”. “Irradiaba una energía especial que se hacía sentir, una especie de magnetismo”, enfatiza.

“Jugaba rápido. Parecía que no había pasado nada y ya lo tenías nuevamente frente a tu tablero”, apunta sobre el desarrollo de las simultáneas. Y habla de su duelo con el estadounidense, que se resolvió en 33 jugadas: “Fue muy disputado. Afortunadamente entramos a un terreno que me resultaba cómodo. En un momento yo tenía la iniciativa pero él se defendió correctamente y terminamos repitiendo movimientos”.

“Me saludó cuando empezó la partida y me extendió su mano luego de la declaración de tablas. Sentí un trato cordial de él, muy formal pero muy correcto”, describe sobre su experiencia con el ilustre visitante

 

Buraschi 2TABLAS CON EL GENIO. "En un momento yo tenía la iniciativa pero él se defendió correctamente y terminamos repitiendo movimientos”, recuerda Buraschi.

 

“Aquel evento fue muy movilizador. Fischer era una figura importante, casi un artista, y tenía muchos adeptos. En aquel tiempo no había rivales para él”, comenta Buraschi.

“Lamentablemente, en 1972 desapareció de los tableros. En lo personal lo lamenté mucho, ya que después de Fischer no hubo otro jugador que ocupara ese lugar emblemático”, subraya.

Buraschi reconoce como faros al excampeón mundial soviético Mijail Tal y al maestro cordobés Osvaldo Bazán, con quien ganó varios títulos en equipos representando al Club Palermo.

Dice que las obligaciones profesionales y familiares lo fueron distanciando de la camaradería que se formaba en torno a tableros y trebejos y haciéndolo experto en ajedrez por correspondencia.

Y cuenta que hoy despunta el vicio a través del celular, jugando partidas rápidas contra rivales ocasionales o alguno de sus nietos.

Si bien tiene otro empate para enorgullecerse, el que logró ante el excampeón mundial Anatoli Karpov en el Patio Olmos en 2000, es el duelo con Fischer el que ocupa un lugar especial en sus recuerdos: “Son esas emociones que uno se las guarda para adentro, por lo que representa un ídolo. El resultado es casi anecdótico al lado de la emoción que significó enfrentar al mejor jugador del mundo y con un marco tan imponente”.

 

Bobby Fischer

BOBBY FISCHER

  • Robert James Fischer (Chicago, 1943-Reykjavic, 2008) es considerado uno de los ajedrecistas más talentosos y excéntricos de la historia.
  • Empezó a jugar a los 6 años y obtuvo el título de gran maestro siendo adolescente.
  • Fue ocho veces campeón de Estados Unidos y disputó cuatro Olimpíadas, conquistando tres medallas.
  • En 1972 se consagró campeón del mundo al vencer al soviético Boris Spassky en Islandia. Desde entonces no volvió a jugar una partida oficial y en 1975 perdió el título tras negarse a enfrentar al soviético Anatoli Karpov.
  • Dos décadas después reapareció públicamente en un match revancha con Spassky en la ex Yugoslavia.
  • Vivió sus últimos años en Islandia.
  • En las simultáneas de Córdoba, en el Teatro San Martín, tuvo 20 rivales. Hizo tablas con Osvaldo Buraschi, Carlos Salvi y Francisco Marchetti. Perdió con Guillermo Cánova. Venció a Sebastián Brizuela, Rey, O´Niell, Gerardo Bazán, Máximo Ramadán Gómez, Elias Miana, Raúl Calneggia, José Ángel Diani, Osvaldo Bazán, Espinoza Paz, Luis Buchaillot, Nieto, Oscar Maldonado, Rodolfo Gaete, Genovesio y Mario Litovicius.