La nueva encuesta nacional de Delfos, realizada en noviembre, expuso el pulso íntimo de la Argentina con una pregunta simple: ¿qué palabra nos define hoy? El resultado es un retrato incómodo pero fascinante.
La categoría más elegida fue “buena gente”, con el 12,2%, seguida de cerca por la palabra "boludos", con el 9,1% y, en tercer lugar, la identidad del esfuerzo interminable: los “luchadores”, que alcanza el 8,6%. Un triángulo emocional que revela un país que se piensa noble, pero cansado; solidario, pero sin recompensa; moral, pero con la sensación de que siempre paga los platos rotos.

Detrás del podio surge una lista de palabras que aparecen una y otra vez en cualquier charla sobre cómo somos: “ventajeros” (3,7%), “difíciles” (3,6%), “ignorantes” (3,1%), los “anti-kirchneristas” (2,7%) que dejan ver la grieta, y definiciones más calmas como “pacientes” (2,6%) y “solidarios” (2,4%).
Educación, la grieta menos hablada
Dentro de la encuesta, el nivel educativo aparece como la variable más filosa porque cambia completamente la jerarquía de palabras elegidas. En los sectores altos, la palabra más mencionada para definir a los argentinos es “boludos”, que llega al 9,3% y se convierte en el primer descriptor de la identidad nacional. Detrás aparece “buena gente” con 6,6%, seguida por “ventajeros” (6,2%), “difíciles” (5,6%) y “luchadores” (5,4%).
La lectura es directa: a mayor nivel educativo, mayor tendencia a autodefinirse desde la frustración, la desconfianza y el desgaste, con las palabras negativas ocupando los primeros puestos.
En los sectores bajos, la foto es exactamente la inversa. Allí, la palabra dominante es “buena gente” con un 19,6%, muy por encima del resto. En segundo lugar aparece “luchadores” con 12,9%, mientras “boludos” cae a 8,9%. Luego siguen conceptos ligados más a la ansiedad y la paciencia —“ansiosos” (4,6%) y “pacientes” (4%)— que a la desconfianza.
Esto cambia el sentido del mapa: la identidad popular se apoya en la moral y el esfuerzo, no en la decepción.
Jóvenes vs. mayores: cinismo contra memoria
Por otro lado, entre los jóvenes de 18 a 49 años, la palabra más elegida para definir a los argentinos es “buena gente”, que alcanza el 12,8%. Muy cerca aparece “boludos”, con 10,3%, lo que muestra una combinación de reconocimiento moral y frustración. En tercer lugar queda “luchadores” con 8,2%, mientras que “ventajeros” suma 4,5% y “difíciles” llega al 4,1%.
Este conjunto muestra una identidad juvenil más crítica, más cínica y más marcada por la sensación de ser usados o engañados.
Córdoba–Punta Cana: la ruta que sorprendió a Arajet y redefinió su estrategia en Argentina
Entre los mayores de 50 años y más, la estructura cambia. La palabra principal sigue siendo “buena gente” con 10,9%, pero “boludos” cae fuerte hasta 6,7%. En cambio, “luchadores” sube a 9,6%, convirtiéndose en una definición más importante que entre los jóvenes. Además, aparecen categorías que no figuran en el grupo más joven: “tontos” con 4,9% y “desmemoriados” con 4,2%.
Esto muestra que los mayores se definen menos desde la desconfianza y más desde la sensación de desgaste histórico y pérdida de rumbo.
Territorio: un país que cambia según el mapa
Cuando se mira la identidad por región, la Argentina se vuelve casi varios países dentro de uno.
Mientras que en CABA, la palabra más elegida es “boludos” con 13,8%, superando a “buena gente” que queda en 12,3%; en el interior bonaerense, la pelea es pareja: 13,7% “buena gente” contra 14,5% “boludos”. No hay un relato dominante: hay empate emocional.
Por otro lado, en el GBA, el quiebre es aún más pronunciado: “buena gente” cae a 4,9%, mientras “boludos” trepa a 12,8%. Es la zona donde la brecha entre orgullo y frustración es más amplia.
Embargo récord en Cosquín: el 33% de su coparticipación queda retenido y temen un colapso municipal
Pero Córdoba muestra otro patrón. Siempre marcados por lo diferente, la república cordobesa define a los ciudadanos del país como “luchadores” con un 12,1%, mucho más que en otras regiones. Asimismo, “buena gente” baja a 5,3% y “boludos” a 4,5%, dejando una identidad centrada en la cultura del esfuerzo.
El NOA ofrece el dato más sorprendente de toda la encuesta: el 29,1% define a los argentinos como “buena gente”, mientras solo 1,5% elige “boludos”. Es la región con mejor autoestima colectiva del país. En el NEA, el mapa se divide en dos emociones casi idénticas: “luchadores” (20,1%) y “buena gente” (19,5%), una mezcla de orgullo moral y resistencia cotidiana.
Y finalmente, en el Sur, la identidad es más austera y directa: “luchadores” llega al 12%, mientras “buena gente” y “boludos” quedan casi en cero, con 0,9% cada una. Una región donde el sacrificio pesa más que cualquier otra definición.