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CóRDOBA
PROPUESTAS GASTRONÓMICAS EN CARILÓ

Todo exquisito y exclusivo, desde el bosque a la comida

La temporada en la costa argentina promete ser espectacular. Cariló se promociona con la gastronomía y alojamiento de calidad como puntos diferenciales.

Cariló
CENTRO COMERCIAL. Sobre la avenida principal de Cariló y entre los pinos, que desde 1920 se plantaron para fijar los médanos. | CEDOC PERFIL

Dunas, extensas playas, mar, un bosque de ensueño, una cancha de golf de 18 hoyos, es la propuesta de Cariló, el exclusivo balneario del Partido de Pinamar, en la costa argentina. El plus diferencial es la exclusividad de sus servicios y una oferta gastronómica de alto nivel. Es uno de los destinos que logró superar la estacionalidad y recibe visitantes durante todo el año.

Sin asfalto ni semáforos, enmarcada por los pinares altísimos que desde 1920 comenzó a plantar Héctor Manuel Guerrero para fijar los médanos, la avenida Divisadero es la columna vertebral de Cariló. Allí se emplaza el centro comercial, polo turístico por excelencia y donde brillan con luz propia algunos de los mejores restaurantes.

 

Alojamiento.

Entre apart hoteles, edificios con servicios, complejos de alquiler temporario y un hotel, suma unas 7.000 plazas de alojamiento. El hotel es el resort de playa Marcin, con 67 habitaciones en suites, una pileta al aire libre y otra climatizada, spa y un restaurante, también abierto al público. Desde el lobby se accede directamente a la playa con servicio propio de reposeras y bar.

El Hotel Marcin, ofrece alojamiento en suites con vista al mar, con desayuno, a una tarifa para enero de $35.000 la noche.

 

Gastronomía.

En Camelia Sensi la especialidad son las fondues. La clásica de queso, acompañada de jamón cocido; salchichas, parrillera y alemana; trocitos de carne, y zanahorias glaseadas, entre otros. También sirven la de chocolate y la nueva estrella: fondue vegetariana.

La carta incluye platos de mar, pastas de la casa y la deliciosa espuma de queso, entre otras variantes. Ignacio Cattaneo y su esposa Florencia Zagaria han sumado la patisserie Simplicitea, a cargo de Florencia, especializada en pastelería europea, donde la insignia son los maccarons, junto a las minicakes que tientan desde la vidriera.

La Pulpería, parrilla tradicional y pionera de Cariló, fue fundada por Martín Villamil en 1985. Hoy su hijo Ezequiel ha tomado la posta y sostiene el lugar ganado a fuerza de servicio y carnes de excelencia. Sin contar las parrilladas y el bife de chorizo, la provoleta, los chorizos caserísimos y las empanadas son palabras mayores. A la hora del postre, la casa se luce con el flan de coco, en versión exclusiva de doña Leila, antigua pobladora del bosque que legó su receta.

Tante es otro de los sitios históricos. Fue la primera casa de té, fundada en 1989 y devenida en restaurante a tiempo completo. Ofrece una variadísima carta de delicias dulces, entre las que se destaca el strudel de manzana con helado, el stollen al ron o los alfajores de la casa. Las propuestas abarcan todas las comidas del día, desde el desayuno hasta la cena e incluye brunchs, con miras a convertirse también en clásicos.

La noche de Cariló tiene un nombre propio: Templeton. Abierto todo el año, es un bar de tragos con música en vivo y una carta acotada pero atractiva de comida, pensada para compartir con amigos. Sobresalen la tabla de fiambres y quesos, la canasta de mar o la canasta de ave. Todo al ritmo de músicos invitados o videoclips que invitan a bailar hasta la madrugada en un ambiente súper relajado y agradable.

Además de Templeton, Pablo Algieri es dueño de otros emprendimientos gastronómicos. Entre ellos, Josefa, exactamente un comedor de abuela, iluminado por lámparas de cairel y amoblado con anchas mesas donde se comparten pastas caseras con variedades de salsas. Otra característica de Josefa es su cocina a la vista del público, en la que se privilegian productos de huerta y orgánicos para la preparación de los platos.

En enero de 2020 se sumó Peppe Nappoli, especializado en pizza napolitana, una de las tendencias que se puso de moda en la Argentina hace relativamente poco tiempo. Productos italianos de origen, como la harina y una mozzarella sin conservantes; una masa finita en el centro con los bordes altos y crocantes; una explosión de sabores, y una combinación de gustos para elegir. De eso se trata la pizza de Peppe, que aún en plena pandemia logró conquistar a locales y visitantes. Su dueño, Mauricio Ibarra se instaló desde el año pasado con su familia y es otro de los que llegó para quedarse y seguir encarando proyectos en Cariló.