Una anécdota que pinta entero a José Sanfilippo ocurrió en los minutos previos al choque contra Boca, el 12 de octubre de 1962 en el viejo Gasómetro. San Lorenzo hacía una campaña muy floja que lo terminaría ubicando en mitad de la tabla, muy lejos de lo que podría haber conseguido por el plantel que lo componía.
Aquella tarde se recaudaron 2.907.020 pesos, casi el doble que River-Independiente y diez veces más que cada uno de los demás encuentros. La multitud presenció un duelo insuperable para la época, porque San Lorenzo ya se había vestido como verdugo boquense. Lo insólito fue que ninguno de los equipos quería salir primero al campo de juego. Finalmente fueron los locales los que aceptaron ingresar y la multitud los recibió a puro papelito.
Unos segundos antes de entrar al campo, Sanfilippo se acercó a Antonio Roma, el Tarzán boquense, y le dijo que le iba a hacer un gol antes de los cinco minutos de juego. Roma lo miró desde los 15 centímetros que le llevaba de estatura y sonrió canchero. Sin embargo, todo pasó como lo había planeado el gran goleador azulgrana. Sacó Sanfilippo cortito para Oscar “Coco” Rossi y se fue para el área boquense. El gran habilidoso que tenía el Ciclón miró bien y metió el pase preciso, el estilete justo entre los defensores boquenses. Sanfilippo se había pasado un poco en la carrera, pero enganchó la pelota con el taco y le salió un tiro por elevación que tomó al arquero Roma a mitad de camino. Ni los defensores Silvero y Marzolini pudieron frenar el balón, metiéndose en el arco ante el festejo enloquecido del “Nene” y sus compañeros. Habían pasado nada más que 28 segundos de juego y Sanfilippo había cumplido su promesa.
Era la penúltima fecha del Apertura de 1990. En la Bombonera, Boca y San Lorenzo, de noche. Un 14 de diciembre. El Ciclón ganaba 1-0 gracias a un bombazo del cordobés Víctor Hugo Ferreyra, que había pescado un pase mal dado cerca del área y derrotó a Navarro Montoya, en el arco ubicado sobre Casa Amarilla. Los cantos de las barras fueron caldeando el ambiente, y cuando terminó la primera parte, un grupo de violentos xeneizes dejó la tribuna local para reaparecer en la platea alta. Desde allí lanzaron piedras y otros proyectiles contra los hinchas azulgranas, que fueron corriéndose hacia la otra punta de la tribuna, al tiempo que muchos simpatizantes visitantes dejaban el lugar corriendo escaleras abajo. Se temió lo peor cuando llegaron más violentos del equipo local y las piedras arreciaron.
En esos momentos, media docena de hinchas del Ciclón arrancaron un caño que pertenecía a una tubería de agua y lo lanzaron hacia sus agresores, pero el caño era más pesado de lo que suponían y terminó yéndose hacia abajo, rebotó dos veces en el hormigón, y finalmente cayó al vacío, hacia la tribuna de socios ubicada detrás del arco en la cabecera del Riachuelo. El caño impactó de lleno en la cabeza de Saturnino Cabrera, un asociado boquense de 37 años, quien falleció de manera instantánea. El tremendo golpe le produjo la pérdida de masa encefálica. El desafortunado hincha quedó tendido en la tribuna y el espectáculo siniestro fue observado por muchísimos hinchas en vivo y en directo. ¿La policía? ¿La seguridad? Nadie estaba en sus puestos, nadie respondió.
En la última década del siglo XX, Boca vivió su mejor ciclo deportivo, que en realidad se inició en 1992 con la obtención del torneo local que se le negaba desde 1981. Recién pudo pensar en grande cuando fue bicampeón en la temporada 1998/99, y a continuación se adjudicó la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 2000. En aquellos años de festejos, Boca pudo sacar una estrecha ventaja sobre San Lorenzo. En esa década, Boca sumó diez triunfos contra ocho del Ciclón y cinco empates. De esa manera, el xeneize pasó al frente en el historial 60-59 con 45 empates, sobre un total de 164 partidos oficiales.
Aunque algunos no lo crean, en momentos de la gran superioridad de Boca, en los años que lleva el siglo XXI, es justamente en este lapso hasta hoy cuando San Lorenzo ha establecido la diferencia que mantiene en el historial general. La fortísima localía azulgrana le ha hecho sacar provecho al equipo de Boedo, quien entre 2001 y 2018 derrotó 11 veces a Boca en los 18 choques que han tenido en el Bajo Flores. En la Bombonera, en cambio, Boca ganó seis partidos contra cuatro del Ciclón y dos igualdades. Por lo tanto, el historial general establece la ventaja de San Lorenzo por tres encuentros de ventaja. Gana 74-72 en 197 juegos oficiales, con 51 empates.
Ficha técnica
Titulo: Clásicos
Autor: Alejandro Fabbri
Genero: periodístico
Año: 2019 paginas: 552
Editorial: Planeta
Sobre el autor
- Alejandro Fabbri
- Periodista, trabajó en los diarios Clarín, La Voz y La Nación, y en las revistas Goles y El Gráfico.
- Desde 1994 se desempeña en TyC Sports. Fue comentarista de Fútbol de Primera y de Fútbol para Todos.
- Publicó los libros El nacimiento de una pasión, Historias negras del fútbol argentino y El nacimiento de una pasión continental.