Los polémicos fallos que se registraron en varios de los últimos partidos de la Superliga y de la Copa Libertadores volvieron a poner en discusión a los árbitros. A los insultos y amenazas de los hinchas, y a la crítica de la prensa especializada, también se les sumó la protesta airada de dirigentes que se sintieron damnificados.
Lo cierto es que el penal que Ariel Penel no le cobró a Boca en la derrota ante Independiente, sumado al que Fernando Rapallini no le cobró a River ante Rosario Central, y al que el mundialista Néstor Pitana le dio a Chacarita frente a Estudiantes desató una suerte de cacería de brujas contra los árbitros argentinos. “Los árbitros dirigen muy presionados y asustados. Que protesten los hinchas es algo lógico y hasta comprensible, pero a los dirigentes que salen a criticar públicamente cuando se sienten perjudicados ante el error de un pito les preguntaría por qué no salen a felicitarlos cuando son favorecidos. ¿Sabés por qué no lo hacen? Porque lo único que buscan es sacar ventaja de su investidura para llevar agua a su propio molino. Son peores que los hinchas”, afirma un ex árbitro de Primera División, antes de referirse a las críticas de la prensa. “Con los periodistas pasa algo parecido: hay quienes parecen disfrutar ante los errores ajenos y hablan como si jamás se hubieran equivocado en su trabajo. Hay jugadas que las pasan por televisión 20 veces y aún así no se ponen de acuerdo, cuando el árbitro tiene que tomar una decisión sobre la marcha. El VAR tampoco es la solución, porque no se pueden parar los partidos ante cualquier duda. Si lo aplican, el fútbol va a perder mucho de su esencia. Yo lo usaría únicamente para confirmar si la pelota traspasa la línea de gol”, remata.
Más allá de las fuertes críticas de todos los sectores, hay quienes aseguran que el arbitraje argentino está en pleno proceso de crecimiento. “Estamos en una etapa de gran desarrollo, con algunos chicos nuevos que están apareciendo, y con otros que están en su etapa final. Pero, como siempre, lo que más se critica y mediatiza son los errores, mientras que los aciertos no salen en ningún lado. Los referís podemos equivocarnos, pero siempre actuamos de buena fe”, dice el secretario general del Sindicato de Arbitros Deportivos de la República Argentina (Sadra), Guillermo Marconi, antes de salir en defensa de Néstor Pitana. “Según la FIFA, Pitana es el mejor árbitro argentino y uno de los mejores del mundo. Por eso, a pesar de los errores que pudo haber llegado a cometer en el partido entre Estudiantes y Chacarita, y a que un colega del otro gremio se haya cansado de hacer lobby en su contra, va a estar en Rusia. La realidad es que, de un lado o del otro, a los árbitros siempre nos van a cuestionar, tanto hinchas, como dirigentes y periodistas, y muy rara vez nos van a felicitar. Y el VAR tampoco es la solución, porque es una tecnología que atenta contra la naturaleza del fútbol, porque una máquina no puede discernir sobre la intencionalidad de los jugadores. Eso es tarea del árbitro y en el fútbol argentino sus errores siempre provocan suspicacias de uno u otro lado”, concluye.