ECONOMIA

Agotamiento laboral: ¡Auxilio! ¡Estoy “quemado”! (Y me mata el tecnoestrés)

"No doy más”, “estoy agotado”, “estoy matado”: lo diga como lo diga, sea de la generación que sea, el estrés laboral llegó para quedarse y es casi una epidemia nacional. Una encuensta reciente mostró que los niveles de agotamiento laboral en Argentina alcanzaron cifras alarmantes. El informe reveló que el 94% de los argentinos están experimentando altos niveles de burnout, una condición caracterizada por el agotamiento físico, mental y emocional debido al estrés crónico relacionado con el trabajo.

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Estrés laboral | Tara Winstead

El estudio, realizado por la plataforma de empleos Bumeran, descubrió que, de ese índice sumado del 94%, el 72% de los trabajadores en el país informó estar en un estado de agotamiento constante, mientras que el 22% se declaró en una etapa avanzada de burnout. Estas cifras son alarmantes y ponen de manifiesto la grave situación que enfrentan los trabajadores argentinos.

Además destaca que el agotamiento laboral no distingue entre edades, sectores o niveles de experiencia. Afecta tanto a jóvenes profesionales como a trabajadores con años de trayectoria en sus carreras. El estudio identifica varios factores que contribuyen al aumento del burnout en Argentina, comenzando por la carga de trabajo excesiva y la presión constante por alcanzar metas y objetivos. 

Muchos trabajadores se enfrentan a jornadas laborales extenuantes y a la necesidad de mantener altos niveles de rendimiento, lo que puede generar un desgaste significativo a lo largo del tiempo.

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La importancia del liderazgo

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Foto: Kraken Images

Los resultados de la encuesta pusieron a la vista que la falta de apoyo y reconocimiento en el trabajo es uno de los factores desencadenantes del burnout. Los empleados que no se sienten valorados o que no reciben el apoyo necesario por parte de sus superiores o compañeros de trabajo son más propensos a experimentar altos niveles de estrés y agotamiento. 

Es por eso que se hace necesario trabajar las llamadas “habilidades blandas”, también conocidas como habilidades sociales o emocionales, que son atributos requeridos en el mundo del trabajo hoy e imprescindibles para el rol de liderazgo. Se trata de habilidades que incluyen la comunicación efectiva, la empatía, la toma de decisiones, la resolución de conflictos, la creatividad y la capacidad de trabajar en equipo. 

Son importantes para el liderazgo en el trabajo porque un líder efectivo no solo debe poseer habilidades técnicas, sino también la capacidad de inspirar, motivar y colaborar con su equipo. Las “habilidades blandas” ayudan a construir relaciones sólidas, fomentar la productividad y mejorar la cultura organizacional. Un líder que posee estas habilidades puede influir positivamente en su equipo y en el clima laboral de la organización. Al contrario, si un líder carece de estas habilidades podría ser uno de los factores que más impacta en el agotamiento, además de provocar desmotivación y la pérdida del talento en las organizaciones de trabajo

Mundo pos-covid

La pandemia de covid-19 también desempeñó un papel importante en el agravamiento del problema. La implementación del trabajo remoto y la falta de límites claros entre la vida laboral y personal hicieron que muchos empleados se sientan abrumados y sobrecargados. La dificultad para desconectar del trabajo y encontrar un equilibrio entre la vida personal y laboral contribuyó de manera significativa al aumento del burnout.

Ante esta situación, es fundamental que las organizaciones y los empleadores tomen medidas para abordar y prevenir el burnout en el lugar de trabajo. Se sugiere implementar políticas y prácticas que promuevan un ambiente laboral saludable, como fomentar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, proporcionar apoyo emocional y psicológico, y promover la participación en actividades que mejoren el clima laboral y el bienestar en el trabajo.

También se destaca la importancia de concientizar sobre el burnout y ofrecer recursos y herramientas para su manejo. Esto incluye brindar capacitación en manejo del estrés, promover la comunicación abierta y el apoyo entre los miembros del equipo, y establecer períodos regulares de descanso y desconexión.

Es esencial abordar este problema tanto a nivel individual como organizacional para proteger la salud y el bienestar de los trabajadores y promover entornos laborales más saludables. La implementación de políticas y prácticas que fomenten el equilibrio y el bienestar, así como la concientización sobre el burnout, son pasos fundamentales para hacer frente a esta problemática creciente.

La sociedad del rendimiento y del cansancio

Los puntos que exhibió el estudio de Bumeran sobre los altos niveles de burnout en Argentina se enlazan de manera significativa con las ideas planteadas por el filósofo Byung-Chul Han en sus obras “La sociedad del rendimiento” y “La sociedad del cansancio”. Esos conceptos proporcionan un marco teórico valioso para comprender el fenómeno del agotamiento laboral y su impacto en la sociedad contemporánea.

En “La sociedad del rendimiento”, Han analiza cómo nos transformamos en una sociedad basada en el rendimiento y la productividad constante. En ese contexto, el individuo se convierte en su propio “explotador”, asumiendo la responsabilidad de optimizar su rendimiento en todas las áreas de su vida. Un dato importante para colorear esta conceptualización surge de una investigación de la Universidad de Harvard que descubrió que, entre la pandemia y el teletrabajo, los encuestados declararon haber trabajad 48 minutos más por día. Han argumenta que esta cultura del rendimiento genera presiones intensas y una sensación constante de insatisfacción, ya que nunca se alcanza un estado de descanso o satisfacción plena.

En “La sociedad del cansancio”, por otro lado, Han examina cómo el agotamiento se convirtió en un síntoma predominante en la sociedad contemporánea. En contraste con la sociedad disciplinaria del pasado, que se basaba en el control y la represión, la sociedad actual se caracteriza por la sobreexposición y la sobreexigencia. El autor sostiene que el cansancio en esta sociedad no surge principalmente del trabajo físico extenuante, sino de la acumulación de demandas y estímulos constantes que agotan la capacidad de atención y resistencia psicológica. El trabajo que “deberíamos” hacer nunca alcanza y se debe a nuestra propia autoexigencia. Y, sin duda, la complejidad del contexto donde desarrollamos nuestro trabajo se suma a este impacto en la salud mental de los trabajadores y trabajadoras.

No solo en Argentina pasan cosas

Los dos conceptos de Han –la sociedad del rendimiento y la sociedad del cansancio– iluminan la situación descrita en los resultados del estudio sobre el burnout. En el relevamiento participaron 4.386 residentes de países de América Latina. Argentina lideró el ránking con el 94% de 1549 respuestas, en segundo lugar quedó Chile, con 91% de burnout en 754 respuestas, seguidos por Panamá (83% entre 464 respuestas), Ecuador (79% de 452) y Perú (78% de 1167). Los trabajadores de la región, al igual que muchas personas en todo el mundo, se enfrentan a la presión de cumplir con altas expectativas, cumplir metas inalcanzables y mantener un nivel de rendimiento constante. Esta dinámica genera una sensación de agotamiento físico, mental y emocional que puede conducir al síndrome del burnout o sentirse “quemado” en el trabajo.

Cuidado con el tecnoestrés

El tecnoestrés es un término que se utiliza para describir el estrés o malestar psicológico que experimenta una persona debido al uso excesivo o inadecuado de la tecnología. El término combina las palabras “tecnología” y “estrés” para referirse a los efectos negativos que pueden surgir como resultado de la interacción con dispositivos electrónicos, como computadoras, teléfonos móviles, tabletas y otros dispositivos digitales.

Puede manifestarse de diferentes formas y afectar tanto el bienestar físico como emocional de una persona. Algunos síntomas comunes pueden incluir ansiedad, irritabilidad, insomnio, fatiga, dolores de cabeza y dificultad para concentrarse. El tecnoestrés puede surgir debido a diversas razones, como la sobrecarga de información, la necesidad de estar constantemente conectado, la presión por responder rápidamente a los mensajes y correos electrónicos, la falta de privacidad en línea y la dificultad para desconectar de la tecnología.

Es importante tener en cuenta que el uso de la tecnología en sí misma no es negativo, pero es fundamental mantener un equilibrio saludable y consciente en su uso para evitar el tecnoestrés y promover el bienestar general. La sobreexposición y la sobreestimulación en la era digital contribuyen al agotamiento. El acceso constante a la tecnología, la necesidad de estar siempre conectado y la falta de límites claros entre el trabajo y la vida personal agudizan la sensación de agotamiento y dificultan la recuperación y el descanso adecuados.

 

Sobreviviendo | Algunas recomendaciones

Si bien cada organización de trabajo y cada persona es un mundo podemos ofrecer algunas estrategias y enfoques para prevenir y abordar el estrés laboral y el burnout.

1. Promover un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal: Fomentar una cultura organizacional que valore y respalde el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Esto puede incluir políticas flexibles de horarios de trabajo, promoción de actividades de bienestar fuera del horario laboral y respeto de los períodos de descanso y tiempo libre.

2. Establecer expectativas realistas: Es importante establecer expectativas claras y realistas sobre las tareas y responsabilidades laborales. Esto incluye la asignación adecuada de recursos, la evaluación realista de cargas de trabajo y la comunicación abierta sobre las limitaciones y los desafíos que puedan surgir.

3. Fomentar la autonomía y el control: Brindar a los trabajadores un grado razonable de autonomía y control sobre su trabajo puede ayudar a reducir el estrés y el burnout. Permitir la participación en la toma de decisiones, ofrecer oportunidades de desarrollo profesional y delegar responsabilidades de manera apropiada pueden aumentar la sensación de control y empoderamiento.

4. Mejorar el apoyo social y las relaciones laborales: Fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y de apoyo, donde los empleados se sientan respaldados y valorados. Promover liderazgos cercanos y saludables. Establecer canales de comunicación abiertos, promover la colaboración entre colegas y ofrecer oportunidades para el reconocimiento y el feedback positivo puede fortalecer las relaciones laborales y reducir el estrés.

5. Proporcionar recursos y capacitación adecuados: Asegurarse de que los empleados tengan los recursos, las herramientas y la capacitación necesaria para realizar su trabajo de manera efectiva. Esto puede incluir la provisión de equipos adecuados, programas de capacitación relevantes y el acceso a apoyo técnico cuando sea necesario.

6. Promover el bienestar: Educar y fomentar prácticas de cuidado entre los empleados. Esto puede incluir la promoción de la actividad física, la alimentación saludable, la gestión del tiempo, la práctica de técnicas de relajación y la conciencia de la importancia del descanso y la recuperación.

 

*Diego Quindimil es psicólogo, speaker y director de la consultora Contenido Humano. Es autor de “Mundo Post Covid: La psicología del trabajo tras la pandemia” (Ediciones Granica). En Instagram: @contenidohumano